Abogado Erdoğan: Debe resolverse el problema de los presos enfermos

El abogado Yusuf Erdoğan ha hecho un llamado urgente para poner fin a la detención ilegal de presos enfermos.

ENTREVISTA

La situación de los presos enfermos sigue siendo motivo de gran preocupación. A pesar de contar con informes médicos que certifican que no están en condiciones de permanecer en prisión, muchos siguen encarcelados y, en la práctica, están siendo condenados a morir.

Yusuf Erdoğan, coportavoz de la Comisión Central de Prisiones de la Asociación de Derechos Humanos (IHD), declaró a ANF que esta cuestión también fue objeto de debate público durante el proceso de paz de 2013–2015. Dijo: “Creemos que el problema de los presos enfermos no debe abordarse solo en momentos puntuales. Para nosotros, como defensores de derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil y profesionales del derecho, se trata de una cuestión que debe permanecer constantemente en la agenda y ser resuelta”.

Condiciones físicas y psicológicas inadecuadas

El abogado Erdoğan subrayó que las condiciones físicas y psicológicas de las cárceles turcas no son adecuadas para las personas enfermas. Señaló: “No es posible que una persona que entra en prisión en Turquía cumpla su condena y salga con buena salud. Especialmente tras la construcción de prisiones de tipo F de alta seguridad, todo el régimen penitenciario en Turquía se transformó. Con esta transformación surgieron muchos nuevos tipos de cárceles. La estructura física de estas nuevas instalaciones ha contribuido directamente al deterioro de la salud de los presos. Observamos que las cárceles están masificadas y muchas personas se alojan en espacios reducidos. En estas nuevas prisiones, los detenidos están confinados en celdas muy pequeñas, obligados a vivir en espacios estrechos que no respetan la dignidad humana. Estas condiciones físicas provocan enfermedades tanto físicas como psicológicas en los internos”.

Un sistema basado en el aislamiento

Erdoğan indicó que las cárceles en Turquía están diseñadas en base a un sistema de aislamiento. Continuó: “Las prisiones de tipo S y Y de alta seguridad son instalaciones donde los presos se encuentran totalmente aislados unos de otros. Este aislamiento afecta negativamente tanto física como psicológicamente a los internos. No se sienten seguros y, al no poder comunicarse con otros presos, sufren graves problemas psicológicos. Además, según informes de la IHD y de otras organizaciones civiles, se están produciendo casos de tortura y malos tratos en muchas cárceles”.

El derecho al acceso a la atención médica

El abogado señaló que una de las principales dificultades para los presos enfermos es el acceso limitado a los servicios de salud. Explicó: “Existen obstáculos graves en cada etapa, desde el acceso a la enfermería hasta los traslados a hospitales. En muchas prisiones, tampoco se garantiza una alimentación sana y equilibrada. Esta situación agrava aún más sus condiciones de vida”. También llamó la atención sobre las prisiones de tipo R, oficialmente denominadas “centros de rehabilitación”. Añadió: “Solo existen tres de estas prisiones, construidas supuestamente para reclusos enfermos. El Estado las presenta como una solución, pero nuestras observaciones en el terreno desmienten esta afirmación. En las cárceles de tipo R que visitamos, recibimos numerosas quejas indicando que los internos no recibían el tratamiento médico necesario. Como IHD, realizamos visitas a las tres instalaciones y publicamos informes que demuestran claramente que las condiciones físicas actuales no satisfacen las necesidades de los presos enfermos”.

Los presos enfermos están siendo condenados a morir

El abogado también señaló los informes emitidos por el Instituto de Medicina Forense (ATK) y la Ley Nº 5275 sobre la Ejecución de las Penas y Medidas de Seguridad. Dijo: “El ATK suele ignorar los informes emitidos por hospitales públicos con plena capacidad que certifican que un preso no está en condiciones de permanecer en prisión. En su lugar, emite informes afirmando que sí puede continuar encarcelado. En muchos casos, estas decisiones van seguidas del fallecimiento del preso en prisión. No creemos que el ATK sea un organismo imparcial o independiente. A nuestro parecer, los informes de hospitales públicos con plena capacidad deberían ser suficientes.

Los presos enfermos deben ser puestos en libertad sin condiciones. La Ley 5275 también representa un obstáculo importante. Incluso cuando el ATK emite un informe favorable, los fiscales de ejecución o las fuerzas del orden pueden bloquear la liberación alegando razones de ‘seguridad pública’. El gobierno trata a los presos enfermos con una mentalidad de venganza o como rehenes políticos. Esto es inaceptable. El problema de los presos enfermos no puede ser tratado como una cuestión de negociación política. En un contexto en el que se habla de paz y procesos de diálogo, este problema debe resolverse de inmediato”.