Fabián Molina: “Öcalan debe ser liberado de inmediato”

Fabián Molina afirma que Abdullah Öcalan representa una oportunidad histórica para la paz, no solo para Turquía, sino para toda la región.

PROCESO DE PAZ

El histórico "Llamado a la paz y a una sociedad democrática" de Abdullah Öcalan, emitido el 27 de febrero, sigue resonando no solo en Turquía y el Kurdistán, sino también a nivel regional e internacional. Sin embargo, el Estado turco no ha tomado medidas políticas ni legales concretas para asegurar el proceso considerando seriamente los mensajes de este histórico llamamiento. Ni siquiera el nombre del proceso se ha definido con claridad.

A pesar de toda esta incertidumbre y la indiferencia del Estado, Öcalan mantiene su compromiso con la paz y la resolución del conflicto en medio de las duras condiciones de aislamiento en Imrali, manteniendo una postura decidida para avanzar en el proceso. En su carta más reciente, enviada tras el fallecimiento de Sırrı Süreyya Önder, miembro de la delegación de Imrali, reiteró su compromiso con la paz y una solución democrática a la cuestión kurda, afirmando que "esta esperanza nunca debe quedar incompleta".

Fabian Molina, miembro del Parlamento Federal Suizo y de la Comisión de Asuntos Exteriores, evaluó el histórico llamamiento de Öcalan y sus avances en una entrevista con ANF.

Öcalan desempeña un papel clave en la resolución de la cuestión kurda en Turquía y en el resto del mundo. Por lo tanto, exijo su liberación inmediata.

El parlamentario Fabian Molina afirmó que, a pesar de las duras condiciones a las que fue sometido, el histórico llamamiento de Öcalan representa una importante oportunidad para la resolución democrática de la cuestión kurda, y enfatizó que este llamamiento histórico debe recibir una respuesta adecuada.

"El Sr. Öcalan ha permanecido encarcelado durante mucho tiempo en condiciones que no cumplen con los estándares básicos de derechos humanos. Esto ha sido destacado por diversas organizaciones internacionales. Öcalan desempeña un papel clave en la resolución de la cuestión kurda en Turquía y en el resto del mundo. Por lo tanto, exijo su liberación inmediata", declaró Molina”.

Al Estado turco le conviene resolver este asunto de forma permanente.

Molina continuó: “El Sr. Öcalan ha ofrecido al Estado turco negociaciones para resolver la cuestión kurda y democratizar tanto el Estado como la sociedad turcos. Su llamado representa una oportunidad para la paz, la democracia y la inclusión de todos los pueblos de Turquía y la región”.

Molina criticó al Estado turco por no haber tomado ninguna medida, a pesar de haber transcurrido más de dos meses desde el llamado, y declaró: “La cuestión kurda ha causado mucho sufrimiento y numerosas víctimas. A pesar de las reiteradas esperanzas de negociación, aún no se ha alcanzado una solución. El Estado turco ha respondido sistemáticamente a las demandas de paz del pueblo kurdo con represión y desprecio por la democracia, especialmente en las regiones de mayoría kurda.

La situación actual ha demostrado claramente que un problema político no se puede resolver solo con presión. Por lo tanto, creo que al Estado turco le conviene resolver este asunto de forma permanente. Una solución democrática requeriría cambios en el funcionamiento del Estado. Considerando el contexto regional, creo que el Estado turco se beneficiaría de aceptar la oferta de negociación del Sr. Öcalan”.

La postura del gobierno resulta difícil de entender, ya que envía señales contradictorias en su intento de mantenerse en el poder.

A pesar del llamado de Öcalan, Molina señaló que el gobierno de Erdoğan ha enviado señales contradictorias y advirtió que el proceso no debe sacrificarse por el deseo de mantenerse en el poder: “El Estado turco y el gobierno gobernante se encuentran bajo presión tanto nacional como regional. En este contexto, la postura del gobierno resulta difícil de entender, ya que envía señales contradictorias en su intento de mantenerse en el poder. La reciente presión sobre el CHP (Partido Republicano del Pueblo) es un claro indicador de ello”.

Molina continuó: “En respuesta al llamado de Öcalan, tanto la sociedad civil turca como la comunidad internacional tienen el deber de alentar al gobierno turco a resolver los problemas de manera duradera, justa y pacífica, en el marco del Estado de derecho y la democracia. Porque creo que lo importante es cómo alcanzamos el resultado final. La oferta de negociación del Sr. Öcalan y su voluntad de resolver los graves problemas existentes deben tenerse en cuenta, especialmente para las minorías en Turquía. Esta es una oportunidad histórica y debemos aprovecharla ahora”.

Una paz duradera debe construirse sobre la justicia, la democracia y el respeto a las diferencias.

Fabian Molina subrayó que “una paz duradera debe construirse sobre la justicia, la democracia y el respeto a las diferencias. Todos los actores involucrados en este asunto, especialmente aquellos que han luchado durante mucho tiempo por la democracia y la paz, tienen la responsabilidad de mantener la calma y evitar provocaciones. Al mismo tiempo, se debe recordar constantemente al Estado turco sus obligaciones conforme a las normas vigentes. Con todo esto, sigo creyendo que es posible un resultado que beneficie a todos los habitantes de Turquía. Öcalan ha demostrado una vez más su determinación de trabajar por la paz”.

Molina señaló lo significativo y difícil que es para Öcalan continuar un proceso tan histórico en condiciones de prisión tan severas: “El Sr. Öcalan ha demostrado que aún es capaz de desempeñar un papel clave al mostrar su apertura a negociaciones sinceras para la paz y la democratización en Turquía. Por esta razón, debe ser liberado de inmediato. El Estado turco ya es consciente de su importancia. Por lo tanto, creo que el gobierno no puede ignorar fácilmente la oferta de paz del Sr. Öcalan.

Pero el éxito de este proceso dependerá en gran medida de la voluntad de la sociedad turca, de si logra unirse y oponerse a las fuerzas que se oponen a una solución justa y duradera. Si se logra esta unidad, será más difícil bloquear un proceso de negociación para la paz y la democracia. Por lo tanto, al tiempo que apoyamos este proceso, también es fundamental solidarizarnos con Ekrem İmamoğlu y todos los demás presos políticos en Turquía”.

Toda la comunidad internacional tiene la responsabilidad de instar a Turquía a cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional.

Recordando la propuesta que presentó recientemente al Parlamento Federal Suizo en relación con el llamamiento de Öcalan, Molina enfatizó que este llamamiento impone una responsabilidad no solo a Turquía, sino también a la comunidad internacional. Después de muchos años, esta es la primera vez que surge una oportunidad de negociación tan importante para resolver un problema histórico. La historia nos muestra numerosos ejemplos en los que Suiza desempeñó un papel clave para lograr la paz y soluciones duraderas con el apoyo de todas las partes. Hoy, Suiza puede ofrecer de nuevo su experiencia en negociación. Porque no se trata solo de un asunto que atañe a la paz y la democracia en Turquía, sino que también tiene dimensiones regionales. Si las partes lo consideran útil, Suiza puede contribuir a este proceso.

No solo Suiza, sino toda la comunidad internacional tiene la responsabilidad de instar a Turquía a cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional. Como miembro del Consejo de Europa, Turquía debe ser recordada a respetar el Convenio Europeo de Derechos Humanos. La situación actual representa un momento histórico. Por eso, creo que la comunidad internacional tiene la especial responsabilidad de hacer todo lo posible para guiar a las partes hacia una negociación sincera. Porque resolver este conflicto redunda en interés no solo de Turquía, sino también de la comunidad internacional”.

No creo que criminalizar al PKK, una de las partes en el conflicto, contribuya positivamente a la solución del problema.

Molina criticó que la Unión Europea siga incluyendo al PKK en la lista de organizaciones "terroristas", calificándola de absurda e inútil para encontrar una solución: "El PKK es una fuerza importante para el pueblo kurdo y también un actor significativo para Turquía. En Suiza, el PKK no se considera una organización terrorista. Por eso creo que Suiza tiene la oportunidad de impulsar las negociaciones y apoyar el proceso de paz en Turquía.

Desde el Tratado de Lausana, la cuestión kurda ha permanecido sin resolver en la región. Todos los países europeos comparten la responsabilidad de resolver este problema. No creo que criminalizar al PKK, una de las partes en el conflicto, contribuya positivamente a la solución del problema".