"Cuando las exigencias de las personas no son escuchadas, la violencia incrementa"
Altintop, trabajador social, considera que la violencia social aumenta cuando las exigencias de las personas no son escuchadas.
Altintop, trabajador social, considera que la violencia social aumenta cuando las exigencias de las personas no son escuchadas.
Oriente Medio ha sido el escenario de distintas guerras durante miles de años. Esta geografía, que es el objetivo de fuerzas ocupantes debido a la riqueza que atesora en superficie y bajo tierra, ha sido visto algunas de las guerras más sangrientas de la historia.
Kurdistán, que es una parte de Oriente Medio, no puede ser entendida al margen de este ambiente de guerra. Aparte de los bandos contendientes, existen actores pasivos en estas guerras, una parte importante de la población que quiere ver desaparecer las guerras. Quieren convivir en paz, quieren establecer los fundamentos para que las guerras dejen de ocurrir.
Debido a que este grupo no está activamente implicado en la guerra, es más fácil que experimenten las consecuencias de la guerra. Además de las influencias sociales, económicas, culturales o políticas, una parte de la sociedad sufre problemas psico-sociales en sus vidas que les lleva a una espiral de desasosiego e infelicidad debido a que no pueden expresar sus sentimientos y formas de pensar.
El trabajador social Mustafa Altintop ha evaluado estos impactos, de las guerras políticas sobre la violencia social para ANF.
Estrés postraumático
Altintop ha dicho que el ambiente creado por la guerra no solo afecta a los combatientes sino al pueblo que habita las zonas de guerra, y esta interacción no reconoce clases.
Altintop ha afirmado que la guerra afecta sobretodo a los grupos más vulnerables como mujeres, niños, los mayores o las personas LGBTI, y ha enfatizado que no hay estabilidad social debido a la guerra en curso en Oriente Medio. Altintop también afirma que la posibilidad de guerra se ha convertido en un elemento constante que afecta las sociedades.
Altintop ha añadido que es imposible negociar con los grupos afectados en la primera etapa o llevar a cabo investigaciones adecuadas. De hecho, la exposición a la violencia puede llevar a las personas a cometerla ellos mismos.
“No quieres vivir en un ambiente de guerra, exiges que te escuchen pero te enfada que tus peticiones sean ignoradas por actores más fuertes que tú. Esto significa que estas bajo mucha presión, por lo tanto, este sentimiento acumulado de injusticia social y enfado tiene que explotar por algún lugar. Pero no explota hacia grupos que sabes más fuertes que tú, sino en aquellos que sabes que puedes dominar. Por ello, vemos que las personas están muy enfadas en su vida diaria, lo vemos en peleas durante atascos de tráfico o en la violencia hacia la infancia”.
Altintop dice que la violencia causada por la guerra es ahora vista como normal. “El individuo en la sociedad comienza a normalizar la situación cuando ve la violencia y la guerra en todos los aspectos de su vida. Especialmente el trauma generado por la guerra afecta de forma negativa el desarrollo de la infancia. Esto puede tener un impacto más serio sobre los niños que están en proceso de completar su desarrollo. Consecuentemente, la violencia se convierte en una cultura. Lo que tenemos es una normalización de las situaciones de violencia”.
Evitando la realidad
Altintop también ha subrayado que la sociedad individualista como las nuestras, las personas tienden a “buscar evitar la realidad. Puedes ver a personas seguir con sus vidas de forma normal mientras la guerra arrasa con todo a tan solo unos metros”.
“Lo pudimos ver en Kayapinar durante la guerra en Sur. De hecho, no era que las personas fueran felices, era una forma de evitar la realidad. Era ignorancia. Aquellas personas están traumatizadas. ¿Cómo de sano y normal sería jugar mientras las bombas explotan detrás de ti? Esto no tiene nada que ver con sensibilidad o carencia de ella. Tiene que ver con una tendencia de tratar de aislarte de la realidad completamente”.
La violencia engendra violencia
Subrayando la necesidad de mostrar una voluntad social para curar los problemas existentes en los individuos y grupos que están expuestos a la guerra y al estrés postraumático, Altintop considera que en general “ignoramos los efectos psico-sociales de la guerra. Hay una realidad de guerra y violencia y las personas son afectadas por ella, por lo que podemos que las personas no están en posición de luchar por si mismas”.
Estas no son las cosas que pueden ser olvidadas o normalizadas, dice Altintop. “A medida que normalizamos la situación, de hecho preparamos el camino para situaciones similares. También minamos la fe en la justicia social. Cuando las personas e individuos son dejadas solas, el uso de drogas, la violencia contra las mujeres o los niños y los abusos ocurren. Debido a que mientras los mecanismos de lidiar con estos problemas fallan y no pueden acceder a los mecanismos sociales de solución de problemas, pueden usar la violencia para ganar poder o aislarse de la realidad. Esto es perjudicial para el tejido social”.