El aislamiento dificulta encontrar soluciones

Hace más de 21 años que el líder kurdo Abdullah Öcalan fue secuestrado y detenido. El 15 de febrero de 1999, una conspiración internacional en la que también estuvo implicad la CIA organizó la captura de Öcalan que, desde entonces, se encuentra en Imrali.

Desde el 15 de febrero de 1999, los abogados de Öcalan han tenido el acceso a su cliente limitado. Esta se ha convertido en una más de las medidas que muestran la falta de voluntad del Estado turco por solucionar la cuestión kurda.

Los abogados del colegio Asrin describen la isla-prisión de Imrali, donde Öcalan se encuentra encarcelado, como un sistema de aislamiento y un signo de la falta de voluntad del gobierno turco por dar con soluciones a la cuestión democrática y a la cuestión kurda en Turquía y el Kurdistán del Norte o Bakur.

Öcalan se reunió con sus abogados solamente 60 veces en 1999, 37 en el 2000, 40 en 2001, 35 en 2002, 21 en 2003, 25 en 2004, 14 en 2005 y 22 en 2006. Innumerables solicitudes de visita han sido rechazadas por una gran variedad de motivaciones a lo largo de estos años. En 2007, se denegaron todas las visitas durante cinco meses y medio a causa de “malas condiciones meteorológicas” y “avería del barco”. Durante este tiempo, se ordenaron hasta tres castigos contra Öcalan. En 2008, se le rapó el pelo forzosamente –un mensaje que el pueblo kurdo vio como una amenaza de exterminación y por el que protestó. Öcalan permaneció completamente asilado durante todo ese tiempo.

Ni una visita de los abogados durante 8 años

Entre 2008 y el 27 de julio de 2011 fueron rechazadas todas las solicitudes para visitar a Öcalan. Permaneció 8 años en aislamiento total. Las 618 solicitudes presentadas hasta 2017 fueron rechazadas. Otras 202 solicitudes presentadas entre 2017 y 2018 fueron igualmente rechazadas a causa de “medidas disciplinares”. Este castigo tuvo su origen en los debates políticos de 2007 a 2010. Tras la huelga de hambre liderada por la diputada del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) por Hakkari, Leyla Güven, que duró 200 días, el 2 de mayo de 2019, ocho años después de la última visita, se pudo volver a ver a Öcalan. Tras un segundo encuentro celebrado el 22 de mayo, Öcalan hizo un llamamiento al fin de la gran huelga de hambre, a la que se habían unido miles de personas, el 26 de mayo.

Vuelta a las solicitudes sin respuesta

Aunque las condiciones de aislamiento persistieron pese a las visitas, pudieron realizarse tres encuentros más hasta el 7 de agosto de 2019. Desde entonces, no se ha vuelto a conceder ninguna otra visita. De las 105 solicitudes presentadas en 2019, 5 fueron aceptadas, 67 ignoradas y 23 rechazadas. Las 38 peticiones hechas en lo que va de 2020 han sido completamente ignoradas.

Prevenir una solución junto con Ergenekon

ANF ha hablado con los abogados del colegio Asrin sobre todo esto. Los abogados dicen que ya se habían sentado las bases del secuestro de Öcalan en Nairobi el 15 de agosto de 1999. Y que el Estado continúa ignorando una solución a la cuestión kurda incluso a día de hoy. Es una forma que tiene de mantener todo bajo su control. El aislamiento en Imrali continúa. Una vez más, ha quedado claro cómo los políticos se aferran y siguen aferrándose a los conflicto en curso. En el pasado, el AKP persiguió este objetivo en alianza con la comunidad de Gülen, y hoy lo hace en coalición con el MHP y la red Ergenekon. Los que se aferran a las operaciones militares quieren guerra y asegurar la detención de miles de personas, pero también silenciar la voz de Öcalan para mantener su poder.

Conversaciones directas con el CPT

El colegio de abogados ha estado luchando durante largo tiempo contra el aislamiento a todos los niveles legales, tanto en Turquía como internacionalmente, y ha presentado numerosas demandas. Estas demandas se basan en el derecho de los presos a telefonear, a escribir y a recibir cartas, a recibir visitas de sus allegados y abogados, y a estar protegidos adecuadamente contra la pandemia. Estas demandas han sido presentadas ante la Fiscalía General de Bursa y la Administración de la Prisión de Imrali. El 16 de abril, el colegio de abogados contactó con el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) con estas mismas demandas. El colegio está a la espera de que se tome una decisión al respecto. Los abogados solicitarán, si las condiciones lo permiten, hablar directamente con los responsables del CPT.

Derechos en el estado de emergencia

La última visita a Imrali fue en marzo de este año. Fue una visita familiar que no pudo ser impedida por el Estado debido a la preocupación pública por las consecuencias de un incendio en la isla-prisión. El 27 de abril, además, se realizó una llamada telefónica a las familias de los presos en relación a la pandemia. Esta fue la primera conversación telefónica que Öcalan pudo mantener desde su secuestro en 1999. En relación a esto, la oficina jurídica de Asrin describe la situación en Imrali como un “estado de emergencia” permanente que sólo permite a los presos obtener sus derechos en caso de epidemias o incendios.

El aislamiento afecta a toda la sociedad

El colegio Arsin ha alertado de que el silencio sobre el aislamiento en Imrali es extremadamente peligroso para la paz social y exige que se exponga la catástrofe jurídica experimentada en Imrali. Los abogados han declarado a ANF: “Turquía ya no es un Estado constitucional. En este sentido, todo el mundo debería alzar la voz contra el aislamiento y protestar. El sistema de aislamiento y la anarquía que genera son la razón de la falta de voluntad para buscar una solución a la cuestión kurda. Y esto afecta a la sociedad en su conjunto”.