Mientras que las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) suelen tardar entre dos y siete años en emitirse, el expediente sobre el aislamiento en Imralı lleva diez años en el tribunal.
El líder político del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan, se encuentra en aislamiento total en la prisión de la isla de Imralı desde 1999. Durante años, Öcalan ha estado completamente aislado de toda comunicación con el mundo exterior. La última confirmación de que está realmente vivo se produjo el 25 de marzo durante una conversación telefónica con su hermano Mehmet Öcalan, que se interrumpió a los pocos minutos. Según las convenciones internacionales, esta forma de aislamiento equivale a la tortura y, por tanto, está prohibida. Sin embargo, las instituciones internacionales se muestran muy tímidas ante la situación en Imralı.
En una entrevista con ANF, Serbay Köklü, del equipo jurídico de Öcalan, ha valorado el comportamiento del TEDH y de otras instituciones internacionales sobre el caso de Imralı.
Köklü ha subrayado que Imralı no es sólo una prisión bajo la supervisión y la administración de Turquía, sino que su control está sujeto al derecho internacional y, en particular, al derecho europeo. El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT), el TEDH y la ONU tienen la facultad de controlar directamente lo que ocurre allí. En este sentido, una de las principales razones del aislamiento impuesto en Imralı es la ignorancia de las instituciones internacionales sobre el tema, ha explicado el abogado, que ha añadido: “No es posible que Turquía haga lo que quiera, tanto legal como políticamente. El CPT tiene un informe claro sobre la provisión inmediata de reuniones de Öcalan con familiares y abogados y el cambio del régimen de ejecución en Imralı, pero ni siquiera lo respalda”.
El TEDH ha estado retrasando la sentencia durante años
Esta actitud de Europa anima al Estado turco a continuar con el aislamiento, ha dicho Köklü, subrayando el inmenso retraso del proceso: “Desde el 27 de julio de 2011, sólo se han celebrado cinco reuniones de los abogados con sus clientes en la prisión de Imralı. Durante mucho tiempo, se cortaron todas las conexiones entre el Sr. Öcalan y el mundo exterior. Ante esta situación, nos dirigimos al TEDH. Sin embargo, en diez años nuestra solicitud no ha recibido respuesta. Sabemos que el TEDH cerró algunos casos en dos o como máximo siete años, pero este caso sigue abierto. Las instituciones internacionales alientan al gobierno turco con su postura pasiva. El sistema de aislamiento en Imralı es un sistema que se activó como resultado de la conspiración internacional [que llevó a la captura de Öcalan en 1999]. Es un sistema que fue desarrollado por la Unión Europea, el Consejo de Europa y la OTAN de acuerdo con el gobierno turco”.
El sistema de Imralı se aplica en todo Turquía
El abogado de Öcalan ha explicado que es mejor hablar de un sistema de aislamiento en Imralı que de una práctica de aislamiento: “Porque este sistema es un método de dominación que se diseña y produce en Imralı pero que se extiende a todo el país. El modelo de prisión de alta seguridad de tipo F se introdujo por primera vez en Imralı. Todas las medidas punitivas, que establecen las normas legales y punitivas del código penal turco y las leyes de terror que se practican actualmente, se pusieron en marcha el 1 de abril de 2005 con la introducción de las llamadas ‘Leyes de Öcalan’. El ‘sistema Imralı’ se implantó en todo el país. Imralı es como un laboratorio para el sistema de aplicación de la ley. En el fondo, subsiste uno de los problemas básicos del país que ha persistido durante cien años: la cuestión kurda. Imralı es una expresión de la actitud hacia la cuestión kurda. La insistencia en la violencia y la falta de soluciones se reflejan en el aislamiento impuesto en Imralı. La violencia se utiliza como herramienta de solución en todo el país”.
‘La actitud Imralı’
En oposición al aislamiento está lo que el abogado llama la ‘actitud Imralı’: “Lo que llamamos la ‘actitud Imralı’ es la solución de todos los problemas del país mediante el diálogo y la negociación. Se trata de la convicción de que es posible una paz digna y una solución democrática a la cuestión kurda. El Sr. Öcalan ha estado construyendo esta actitud durante más de 22 años. Por el contrario, algunos grupos de interés en Turquía y en los centros de poder internacionales tratan de insistir en que no hay solución y, en consecuencia, siguen profundizando el caos en Oriente Medio”.