Ferhat Encü: “Es necesario expulsar la mentalidad de impunidad de Turquía”

Ferhat Encü perdió a su hermano y a otros familiares hace diez años en la masacre de Roboski. Hoy declara: “La política de impunidad se ha convertido en una forma de gobierno en Turquía. Es necesario limpiar el país de esta mentalidad enfermiza”.

El 28 de diciembre de 2011, 34 civiles kurdos, en su mayoría niñas y niños, murieron en un ataque aéreo turco cerca del pueblo de Roboskî en la frontera de Irak. Aunque han pasado diez años, los autores y quienes están detrás de ellos siguen impunes. De hecho, en lugar de los verdaderos autores, ante la justicia sólo fueron llevados los familiares de las víctimas, quienes fueron detenidos y amenazados por denunciar los hechos. El expediente de la masacre, que no fue aceptado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) alegando que no se habían agotado las vías de recurso internas, se intentó encubrir con las decisiones de “No ha lugar al enjuiciamiento” dictadas una tras otra por la justicia turca.

Pero a pesar de todas las presiones, amenazas y obstáculos, las familias de Roboski no han abandonado la lucha por la justicia. Actualmente están esperando una respuesta del Tribunal Constitucional y de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a una moción que presentaron en febrero de 2021.

El co-presidente del Partido Democático de los Pueblos (HDP) en Estambul, Ferhat Öncü, perdió a su hermano Serhat Encü y a otros 27 familiares en el atentado. En una conversación con ANF con motivo del aniversario de la masacre, nos ha hablado de la situación del caso.

El dolor es tan reciente como el primer día’

Encü ha subrayado que, incluso diez años después de la masacre, el dolor no se ha desvanecido. En estos diez años ha habido muchas novedades y acontecimientos, pero lo único que no ha cambiado es la determinación con la que ellos, como familiares de Roboski, luchan por la justicia.

La justicia política protege a los asesinos’

Ya no queda una sola puerta a la que los familiares no hayan llamado para conseguir la condena de los autores, pero aunque la masacre se ha puesto en el orden del día una y otra vez a través de manifestaciones y concentraciones, no ha sido posible conseguir nada a nivel legal. Esto se debe al sistema legal de Turquía, ha dicho Encü, quien ha añadido: “Como el poder judicial en Turquía actúa políticamente, los asesinos han sido desgraciadamente protegidos desde el primer día de la masacre. En cambio, como familias de Roboski que luchan por la justicia y la verdad, hemos sido juzgadas, investigadas, detenidas y encarceladas. Esta es una parte del asunto. La otra es que, desde el día de la masacre, el dolor sigue tan fresco en los corazones de las madres y las familias como en el primer momento. Una de las principales razones por las que nuestro sufrimiento no ha cesado es que, diez años después de la masacre, ni una sola persona ha sido procesada y existe una política de impunidad”.

El mayor obstáculo es la judicatura’

Encü ha señalado que el poder judicial fue el mayor obstáculo tras la masacre. Este obstáculo no pudo ser superado, por lo que las 34 personas asesinadas nunca llegaron a figurar en la agenda de fiscales y jueces.

Encü ha explicado: “Esta ilegalidad ya era previsible cuando el fiscal de Uludere empezó a investigar a las familias el primer día después de la masacre, en lugar de buscar a los autores y llevarlos ante la justicia. El del Tribunal Constitucional fue el último de una serie de rechazos que comenzó en Uludere. La investigación sobre la masacre también fue desestimada por este tribunal por ‘ausencia de documentos’. Desgraciadamente, aunque hubo una violación del derecho a la vida, el TEDH también tomó una decisión política, planteando varias cuestiones técnicas y no aceptando el caso porque no se habían agotado las opciones legales internas. Tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio, después de que los jueces que desestimaron el caso fueran juzgados y condenados en el proceso contra los seguidores de Gülen, nos dirigimos de nuevo a la Fiscalía de Diyarbakır. Sin embargo, ésta decidió no responsabilizarse y remitió el caso al fiscal de Uludere. De nuevo se tomó la decisión de no seguir con el procedimiento. En un sistema jurídico así, que sólo actúa en interés de los gobernantes, nosotros, como familiares de las víctimas Roboski, intentamos luchar por la justicia en vano”.

Roboski fue un ‘error’

Encü ha recordado que en ese momento se estaba creando una subcomisión de Uludere en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento. Sin embargo, el AKP era mayoritario en la comisión de ocho miembros, y el resultado de esta comisión sirvió de justificación para el ya inactivo poder judicial. A pesar de la resistencia del HDP y del CHP, la masacre fue legitimada de facto en el informe de la Comisión como un “error”. Este informe también tuvo un claro impacto en el poder judicial.

Por otro lado, el hermano de Ferhat Encü, Veli Encü, sigue en prisión, y los familiares de las víctimas de la masacre son llevados ante la justicia con diversos pretextos y castigados con sentencias. Así es como han sido silenciados durante diez años.

Las familias recurrieron al Tribunal Constitucional en febrero de 2021 y a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en octubre. Encü ha dicho que en este momento están esperando las respuestas de estas instituciones.

Encü comenzó a participar activamente en la política después de la masacre. Sobre esto, ha indicado: “El sufrimiento aquí no empezó con Roboski. Ha habido muchas masacres. Nuestros pueblos han sido evacuados, hay detenciones y torturas todos los días. Yo era una persona politizada en ese sentido. Siempre he luchado contra la injusticia, pero después de la masacre me involucré activamente en la política. He entrado en un proceso activo y más combativo para garantizar que no haya más masacres en este país y que los que perpetraron esta masacre rindan cuentas”.

Es momento de acabar con esto’

Encü ha advertido que la política de impunidad se ha convertido en una forma de gobierno en Turquía. Esta política no sólo ha prevalecido desde que el AKP llegó al poder, sino que se ha dirigido contra los kurdos y otras identidades a lo largo de la historia de la república. No se persigue ninguna masacre, ha explicado Encü, añadiendo: “Lo vemos en la absolución de los ‘buenos’ que llevaron a cabo un atentado con bomba en la biblioteca Umut de Şemdinli, lo vemos en la absolución de los equipos de la contraguerrilla responsables de asesinatos, lo vemos en la política de encubrimiento en los procesos por las masacres de Ankara y Suruç y lo vemos en el sufrimiento que ha vivido la familia Senyaşar. Lo vemos en la impunidad que se ha convertido en una forma de gobierno contra nuestra gente que fue quemada viva en los sótanos de la muerte de Cizre y cuya madre, Taybet, fue asesinada y abandonada en la calle. Lo vemos en todas estas innumerables masacres... Lo que vamos a hacer aquí es aumentar la lucha contra esta mentalidad y mostrar aún más solidaridad. Es necesario sacar esta odiosa mentalidad de esta tierra. De lo contrario, es probable que nos enfrentemos a nuevas masacres. Como la historia se repite es necesario parar esta rueda y hablar. La paz, la democracia, la libertad y la igualdad deben prevalecer ahora en este país”.