Herekol, del PJAK: “Sara es la pionera de la revolución de las mujeres”

“El nivel que ha alcanzado hoy el movimiento de mujeres es resultado de la resistencia de Sara. Ella es la pionera de la revolución de las mujeres”, declara Avesta Herekol del PJAK en el séptimo aniversario del asesinato de Sakine Cansız.

El 9 de enero de 2013, Sakine Cansız (Sara), co-fundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y símbolo del movimiento de las mujeres kurdas, fue ejecutada de un disparo en París por un asesino a sueldo de los servicios secretos del MIT junto a sus camaradas Fidan Doğan (Rojbîn) y Leyla Şaylemez (Ronahî). Nadie ha sido condenado por estos asesinatos hasta la fecha de hoy.

ANF ha tenido la oportunidad de hablar con Avesta Herekol del Consejo de Mártires del PJAK (Partido por una Vida Libre en Kurdistán) cerca de Shaho, una montaña en la parte este del Kurdistán que forma parte de la cordillera Zagros. En esta entrevista con nuestra agencia, la combatiente de la guerrilla ha hablado sobre quienes se encuentra detrás de la masacre en París y sus motivaciones.

“Si echamos un vistazo a la historia del Kurdistán, veremos que cualquier persona que ha asumido un rol de liderazgo en la revuelta contra las políticas de genocidio, sea él o ella, se ha convertido en objetivo de la contrainsurgencia. El espíritu pionero de Sara, su actitud y su resistencia, llamaron la atención del enemigo”, ha explicado Herekol.

La vida de Sakine Cansız representa una cronología de la lucha de liberación kurda. Sara no solo luchó activamente con el PKK desde su fundación el 27 de noviembre de 1978 hasta su muerte, sino que además fue pionera del movimiento de liberación de las mujeres kurdas. Ya durante su juventud fue considerada una leyenda por su resistencia en la prisión de Diyarbakir (Amed en kurdo), donde fue sometida a duras torturas.

El triple asesinato de Sakine Cansız y sus camaradas tuvo lugar durante el inicio del proceso de solución a la cuestión kurda en Turquía y las conversaciones con Abdullah Öcalan en la prisión-isla de Imrali. Los asesinatos fueron también un ataque contra la resistencia de las mujeres kurdas. El trabajo de Sakine Cansız y su rol pionero en la lucha por la liberación de las mujeres fue de significancia histórica.

“La comunidad internacional reconoció que un determinado Estado había jugado un papel especial en esta conspiración. Pero en realidad fue llevada a cabo por varias fuerzas que ya estaban involucradas en la conspiración internacional*. Al mismo tiempo, Francia armaba un gran revuelo asegurando que no se haría nada sin su conocimiento. En otras palabras, la conspiración no habría tenido lugar sin el consentimiento del Estado francés. No había duda de que Francia estaba al tanto de esta masacre”, ha dicho Herekol.

Abdullah Öcalan evaluó el objetivo de los asesinatos de Sara, Rojbîn y Ronahî como una continuación de la conspiración internacional en cooperación de varios estados, iniciada el 9 de octubre de 1998 y culminada el 15 de febrero de 1999 con su deportación a Turquía en violación de la ley internacional. Para él, los asesinatos de París fueron “bien diseñados” y “más serios” que el ataque de Sarajevo. El triple asesinato fue “una declaración de guerra”, llegó a decir el 9 de enero de 2015 durante las conversaciones en Imrali como parte del proceso de paz.

“En París, donde Clara Zetkin libró su batalla, el movimiento de mujeres estaba destinado a ser apuñalado por la espalda en la persona de Sakine Cansız. Después de todo, el Estado turco lo dijo abiertamente: ‘No importa lo que hagan, seguiremos persiguiendo nuestros objetivos reaccionarios’. Aunque en términos físicos lo lograron, los asesinatos de París allanaron el camino de una de las mayores rebeliones de las mujeres; una rebelión no sólo desde la perspectiva de las mujeres en el Kurdistán y Oriente Medio, sino en todo el mundo. Esta rebelión se ha opuesto a la conspiración”, ha dicho Herekol.

Con respecto al pueblo kurdo, Turquía guarda una larga tradición de contrainsurgencia genocida. Especialmente en la provincia de Dersim, en Bakur, donde nació Sakine Cansız en 1958. Esta provincia fue declarada enemiga y objeto directo de una brutal cultura de la destrucción.

“Sakine nació en la resistencia de las mujeres combatientes. Reconoció desde muy joven la realidad de una nación a la que habían robado su cultura y su derecho a existir. Al final, hizo lo que todos creían imposible: llamó a la resistencia y la llevó a su punto álgido. Básicamente, la lucha de Sara fue una fuente de terror para el enemigo. Por eso fue asesinada”.

Avesta Herekol describe a Sakine Cansız con una personalidad militante cuya “vida entera era una lucha”.

“El nivel que ha alcanzado hoy el movimiento de mujeres es resultado de la resistencia de Sara. Ella es la pionera de la revolución de las mujeres y todas nos sentimos conectadas a ella. Con su resistencia en la prisión de Amed, Sara se convirtió en un símbolo de nuestra lucha. Fue esta resistencia la que allanó el camino de las mujeres en las cuatro partes del Kurdistán. En Rojava, Arîn Mîrkan y Avesta Xabûr entraron en la resistencia. En Rojhilat lo hizo Shirin Alam-Holi. Cada día, las mujeres del Kurdistán intensifican su lucha contra la comprensión genocida del poder. Esto es gracias a Sakine Cansız”, ha enfatizado Avesta Herekol.

*La sociedad kurda se refiere al periodo comprendido entre el 9 de octubre de 1998 y el 15 de febrero de 1999 como “conspiración internacional”. En el curso de este periodo, Abdullah Öcalan, cerebro del movimiento de liberación kurdo y uno de sus representantes políticos más relevantes, fue declarado persona non grata en Siria. Previamente, el presidente turco Süleyman Demiral había amenazado a Siria con una guerra si seguía otorgando protección a Öcalan, quien llevaba tres años exiliado allí. Mientras los tanques turcos se concentraban en la frontera, los buques de guerra estadounidenses en el Mediterráneo reforzaban la amenaza del socio de la OTAN. Ankara obtuvo también el apoyo de Israel, con quien mantenía una estrecha colaboración miliar desde 1996. El presidente sirio Hafis Al-Assad no pudo soportar por más tiempo esta presión, y pidió a Öcalan que abandonara el país.

El 9 de octubre de 1998, el líder el PKK abandonó Siria en un avión con destino a Rusia. Unos pocos días después, Ankara y Damasco firmaron el Acuerdo de Adana en el que Siria se comprometía a no tolerar actividades del PKK por más tiempo en su territorio.

Mientras tanto, Öcalan vivó una odisea atravesando varios países europeos durante varios meses, hasta que finalmente fue secuestrado en la Embajada de Grecia en Nairobi, Kenia, el 15 de febrero de 1999 y entregado a Turquía en violación de la ley internacional. Desde entonces, ha permanecido encerrado en la isla-prisión de Imrali en el Mar de Mármara.