Las madres continúan haciendo vigilias frente a las cárceles para llamar la atención sobre las huelgas de hambre y los ayunos estrictos que se llevan a cabo para exigir el fin del aislamiento impuesto al líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan. Hatice Soyler, una de las madres que se resisten frente a la prisión de Gebze a pesar de los ataques y obstáculos de la policía, habló con ANF.
Donde vamos estamos bajo vigilancia
Soyler dijo que vino a Estambul desde Izmir, donde vive para apoyar a su hija Ozlem Soyler, quien ha estado en huelga de hambre desde el 16 de diciembre junto a otros presos políticos. Dijo que las prácticas arbitrarias en Gebze se han extendido tanto que "Olvídate de hacer sentada en la prisión, cuando dos madres se reúnen para ir al mercado, la policía nos detiene. Dondequiera que vayamos, estamos bajo vigilancia".
Todos se estremecen en este clima tibio
La madre Soyler dijo que 7.000 presos políticos se están consumiendo, y que seguir viviendo con ese conocimiento es difícil: "Cada vez que veo a mi hija, veo que perdió más peso". Para empezar, era una niña pequeña y delgada, ahora se ha ido por completo. Ella dice que está bien, así que no me preocuparé, ella siempre sonríe, pero sé que su salud está empeorando. Cuando sostengo su mano durante la visita libre, su mano es como el hielo. Todos se estremecen en este clima tibio".
Estamos sin lágrimas. Nuestros corazones se están rompiendo
La Madre Soyler habló sobre los comentarios del Ministro de Justicia Abdulhamit Gul sobre "La prohibición de visitas en Imrali ha sido levantada" y destacó que el aislamiento debe terminar en la práctica, no en teoría. Soyler dijo que mientras las madres respaldan las demandas legítimas de sus hijos hasta el final y llamaron al presidente de AKP, Erdogan, y a su esposa, Emine Erdogan, dijeron: “Todo el mundo necesita justicia algún día. No queremos recibir a nuestros hijos en ataúdes de las cárceles. Nos preocupamos por sus vidas. Todas las autoridades deben arriesgarse y acabar con esta tiranía. Quiero llamar a Emine Erdogan en particular: como madre, piensa en nosotros. Estamos sin lágrimas. Nuestros corazones se están rompiendo. ¡Suficiente es suficiente! Dicen que las madres no deben llorar, dicen que el cielo está bajo los pies de las madres. Entonces, ¿a qué tratamiento nos enfrentamos? Vamos a las prisiones, nos arrastran al suelo. Queremos sentarnos por una hora, estamos paradas. Como madres, queremos la paz, y somos las que más merecemos la paz".