Cientos de miles de personas se han visto forzadas a abandonar sus casas a causa de los ataques de invasión del Estado turco contra el nordeste de Siria.
Los niños de Rojava se encuentran entre quienes más sufren las consecuencias de los ataques de invasión, en tanto que se ven privados de su derecho a la educación.
Ibtisa Sexmuseum Biro es una maestra de la escuela de primaria en Cemile, en Dirbesiyê. Sexmuseum ha declarado que la gente y los niños de Cemile están asustados porque la ciudad se encuentra muy próxima a la frontera con Turquía. “Desde hace aproximadamente 15 días, estamos nuevamente ubicados en nuestras escuelas, que estamos limpiando. Queremos continuar las clases donde las dejamos. Queremos seguir enseñando a nuestros estudiantes. Hago un llamamiento a nuestra gente: todo ha vuelto a la normalidad aquí, que todo el mundo vuelva a la normalidad y mande a sus hijos a la escuela”.
Mesud Eli trabaja como maestra de inglés en esta escuela.
Recordando que no es la primera vez que Erdogan y sus mercenarios atacan Rojava, Eli ha dicho: “Fuimos a Serêkaniyê el día que Turquía atacó aquí. Cuando volvimos, hubo una explosión”.
Los ataques, ha recordado Eli, “fueron intensos durante los primeros días. Dispararon contra casas de civiles y la gente tenía mucho miedo. Hoy, el miedo ya no está instalado aquí. Sabemos que las SDF han estado conversando con algunas fuerzas con el fin de hallar una solución. Llamo a todo el mundo a regresar a sus tierras y enviar a sus hijos a la escuela. La resistencia no es solo sujetar arma en la línea del fuente, es también proteger la tierra y continuar haciendo nuestro trabajo”.
“Hago un llamamiento a los maestros y quiero que el mundo escuche mi voz”, ha dicho Sumeyya Abdulqadir Xelil.
“Esta es nuestra ciudad, y esos niños son nuestros niños y esta escuela la nuestra. Como kurdos, vivimos juntos y compartimos una vida común en unidad”.
Xelil ha dicho: “Nuestros hijos defienden su tierra y dignidad en la línea del frente. Como educadores, estamos aquí enfrentando a los invasores con nuestros libros, cuadernos y bolígrafos, y continuaremos educando a nuestros hijos. No tenemos miedo de los invasores, que todo el mundo sepa que tendremos éxito”.