Mahsum Çiya Korkmaz, co-presidente de la Cámara de Ingenieros Civiles en Amed, ha declarado que menos del 3% de los edificios gravemente dañados que tienen que ser demolidos en Amed tras los terremotos han sido derribados. "Sólo 80 de las 3200 estructuras gravemente dañadas han sido demolidas hasta ahora".
Los terremotos que sacudieron el Kurdistán, el sureste de Turquía y Siria causaron miles de muertos y heridos, así como el derrumbe y daños en miles de edificios. La ciudad de Amed no se salvó de la destrucción. En los trabajos de evaluación de daños realizados tras el seísmo, se registró que unos 3.200 edificios habían sufrido graves daños. Estas estructuras deberían haber sido demolidas inmediatamente. Sin embargo, menos del 3% de ellas han sido demolidas hasta la fecha. Es evidente que los edificios dañados suponen un gran riesgo para los ciudadanos y ciudadanas, y los arquitectos e ingenieros han hecho un nuevo llamamiento a las autoridades.
El co-presidente de la Cámara de Ingenieros Civiles de Amed, Mahsuö Çiya Korkmaz, declaró que los edificios dañados deben demolerse lo antes posible, sobre todo porque algunos tienen amianto, lo que supone un riesgo para los ciudadanos.
Korkmaz afirmó que hay edificios tan dañados que ni siquiera fue necesario evaluarlos tras el terremoto, y añadió que más de 100 edificios deben ser demolidos con urgencia.
La demolición empieza tarde
Korkmaz afirmó que 80.000 edificios resultaron dañados en Amed y sus alrededores, y añadió: "Siempre que hubo objeciones, la evaluación de los daños se hizo dos veces. Por tanto, se consideraba normal que el proceso durara tanto. Pero no es así. De hecho, en general, la evaluación de los daños concluyó hace mes y medio. Este trabajo reveló que 3.200 edificios estaban muy dañados. Y esta cifra no incluye los edificios con daños medios y leves. Las autoridades adjudicaron primero la licitación para estas demoliciones al municipio metropolitano. Después se la dieron al gobernador. También se hicieron licitaciones por barrios para el proceso de demolición, que terminaron hace 10 días.
Hasta ahora se han demolido 80 edificios. Pero a este ritmo, se tardarán años en demoler todos los edificios. Todos estos edificios plantean grandes riesgos, ya que están situados en zonas densamente pobladas. Existe un grave riesgo de que estos edificios se derrumben por el intenso tráfico. Evidentemente, la demolición debe realizarse de acuerdo con la normativa del Ministerio de Medio Ambiente y Urbanismo. En esta directiva se dice claramente que la demolición no debe empezar por los pisos inferiores. Eso significa que debe empezar por los pisos superiores, recogiendo los escombros con grúas. Mientras se haga así, se podrá contener el polvo y el amianto. Sin embargo, vemos que en las primeras demoliciones ocurría lo contrario: las columnas del piso inferior saltan por los aires, provocando el derrumbe del edificio. El resultado es que mientras intentamos eliminar un peligro, se crea otro".
Amianto con sustancias cancerígenas
Korkmaz afirmó que el amianto, que contiene sustancias cancerígenas, supone un grave riesgo en la ciudad mientras se lleva a cabo la demolición, y añadió: "Las advertencias relativas al amianto también se mencionan claramente en la normativa de demolición. La normativa establece que todos los materiales que contengan amianto deben retirarse del edificio antes de proceder a la demolición. ¿Cuáles son esos materiales? Puertas y ventanas, por ejemplo. En realidad, se retiran, pero no porque contengan amianto, sino porque se gana dinero reciclándolos. Por ejemplo, los materiales para tejados contienen niveles muy altos de amianto, pero simplemente se destruyen sin retirarlos. También los materiales exteriores compuestos contienen amianto. La demolición se lleva a cabo sin retirar del edificio ningún material que contenga amianto, salvo las puertas y ventanas. Se trata de un delito muy grave, ya que va en contra de la normativa".