El acuerdo se ha leído como una respuesta a un acuerdo similar entre Turquía y el gobierno de Libia con sede en Trípoli el pasado año, que aumentó las tensiones en la región del Mediterráneo oriental.
El acuerdo entre Turquía y Libia fue ampliamente condenado por Egipto, Chipre y Grecia como una violación de sus derechos económicos en el mar, rico en petróleo. La Unión Europea considera que viola la ley intencional y que amenaza la estabilidad de la región.
Grecia y Turquía han estado discutiendo durante décadas sobre los límites del mar, pero los recientes descubrimientos de gas natural y los planes de perforación en el Mediterráneo oriental han exacerbado la disputa.
“Este acuerdo permite a Egipto y Grecia avanzar en la maximización de sus beneficios a partir de los recursos disponibles en esta zona económica exclusiva: las prometedoras reservas de gas y petróleo”, ha explicado el Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukry.
Shukry ha declarado que “las relaciones egipcio-griegas han sido cruciales para mantener la seguridad y la estabilidad en la región del Mediterráneo oriental y para contrarrestar las amenazas causadas por las políticas irresponsables que apoyan el extremismo y el terror”, en clara referencia al apoyo de Ankara al gobierno de Trípoli.
En la guerra por el poder de Libia, Egipto ha estado en el lado opuesto de Turquía y ha respaldado a la administración rival con sede en Libia oriental y al comandante militar Khalifa Haftar. El Cairo afirma que Turquía apoya a los extremistas en nombre del gobierno de Trípoli, apoyado por la ONU.
Con el apoyo militar de Turquía, el gobierno de Trípoli ha repelido la campaña militar de Haftar de 14 meses para capturar la capital libia. Después de que Turquía cambiara el rumbo de la guerra en Libia, el Presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, amenazó con una incursión militar en Libia, lo que ha hecho temer un enfrentamiento directo entre Egipto y Turquía.