Reflexiones sobre la anexión turca desde Washington a Bagdad

El Estado turco, que ha acelerado la búsqueda de motivos para la ocupación en el ámbito internacional, busca trasladar esta situación a la cumbre de la OTAN celebrada en EE.UU. El KDP también ha estado en EE.UU. para apoyar a Turquía.

ANÁLISIS

El intento del Estado turco de anexionarse el sur del Kurdistán (norte de Irak) ha movilizado a muchos sectores. Todos los partidos en el escenario iraquí, desde los EE.UU. hasta Irán, han hecho declaraciones directas o indirectas. Incluso se ha intentado reflejar los planes de invasión del Estado turco en la cumbre de la OTAN. Si bien las iniciativas del ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, y del ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Fuad Husseini, que se encuentran en los EE.UU. para la cumbre de la OTAN, se están manejando en este sentido, la declaración de funcionarios estadounidenses de que "se debe garantizar la coordinación con Bagdad y Erbil" y la declaración de Irak de que "no se ha dado luz verde" también apuntan a operaciones de ocupación con "fronteras definidas".

El ejército turco busca nuevos asentamientos en la región

Sin embargo, el ejército turco, aprovechando la inestabilidad en Irak y el sur del Kurdistán, ha acelerado la búsqueda de nuevos asentamientos en la región. La República Turca, que intenta asentarse en gran parte de Behdînan, sigue evacuando la región quemando aldeas. Aunque la anexión del sur del Kurdistán y de los territorios iraquíes se lleva a cabo sobre la base de acuerdos internacionales y regionales, el silencio de los interlocutores, especialmente de Bagdad, da lugar a este tipo de interpretaciones.

La comunidad chiíta contra la ocupación turca

Las primeras reacciones serias en Irak vinieron de parte de Qeys El-Xezali, el líder del movimiento Asa'ib Ahl al-Haq. La declaración del líder chiita "El ejército turco debe retirarse de todos los territorios iraquíes" se considera la actitud de la abrumadora mayoría de la comunidad chiita en Irak. Además, el círculo político dirigido por Xezali también es conocido como una parte importante de Hashd al-Shaabi. El Marco de Coordinación, que también es fuerte y tiene su base en Bagdad, también hace declaraciones en este sentido, mientras que el gobierno sudanés sigue un camino que apacigua las reacciones.

El papel desempeñado por el gobierno sudanés

El gobierno sudanés, para minimizar las posibles reacciones en la región y en la opinión pública iraquí, envió una delegación encabezada por el asesor de seguridad nacional iraquí, Qasim Ereji, a Erbil después de la reunión celebrada en nombre del Consejo de Seguridad Nacional iraquí. El principal objetivo de la delegación es analizar los acontecimientos tras la invasión turca en el sur del Kurdistán. Aunque Ereji y su séquito fueron recibidos en Erbil como invitados de Masrour Barzani, se espera que la delegación informe sobre la anexión turca de Bagdad basándose en la información proporcionada por Barzani. Sin embargo, aunque tanto Ereji como Barzani son etiquetados como "colaboradores locales" de la ocupación y anexión turcas en la opinión pública del sur del Kurdistán, uno de los principales objetivos de Bagdad es prevenir cualquier reacción que pueda surgir.

El malestar de Irak: una ocupación que escapa a su control

En particular, los círculos políticos suníes del gobierno central iraquí se han convertido prácticamente en portavoces de la política de ocupación turca en Bagdad. Aunque las declaraciones del ala del gobierno central, como "no se ha dado luz verde" y "rechazamos los ataques", son confusas, esta situación busca más respuestas a la pregunta de si Irak ha llegado a un acuerdo de ocupación con el Estado turco. Las declaraciones del gobierno sudanés contra las operaciones turcas hechas por algunos sectores oficiales se deben al hecho de que la República Turca ha ido más allá del acuerdo al que llegó con Irak y se ha instalado más en el sur del Kurdistán e Irak. De hecho, el ejército turco asoló la región y creó nuevos cuarteles con nuevas bases militares. Asumiendo también algunas tareas administrativas, la República Turca se está preparando para pasar por alto tanto a Bagdad como a Erbil a largo plazo. El mayor "malestar" de Bagdad es ir más allá del acuerdo alcanzado durante la visita de Erdoğan a Bagdad y oponerse a una imagen que va en contra de sus intereses.

Aprobación de EE.UU. sobre la base de acuerdos

En este marco se interpretan también las declaraciones del portavoz del Secretario de Estado norteamericano, Matthew Miller, quien, durante los primeros intentos del Estado turco de anexionarse Behdînan, indicó que "se debe garantizar la coordinación con Turquía, Bagdad y Erbil". Aunque se refieren a un concepto que también conoce Estados Unidos, las declaraciones "cautelosas" dan el mensaje de que la actuación de la República Turca sin fronteras es una operación con "fronteras definidas". La principal preocupación es evitar que la situación se salga de control.

La búsqueda internacional de Turquía llegó hasta la Cumbre de la OTAN

El Estado turco, que ha acelerado la búsqueda de motivos para la ocupación en el ámbito internacional, ha querido llevar esta situación a la cumbre de la OTAN celebrada en Estados Unidos. También se afirma que el ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Fuad Hussein, del KDP, discutió esta situación con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, y algunos representantes estadounidenses en Washington en el marco de la cumbre. Se espera que Hussein visite Turquía en los próximos días y se reúna con el ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, el subsecretario de Inteligencia Nacional turco, Ibrahim Kalin, y el ministro de Defensa Nacional turco, Yaşar Güler. Hussein destaca como uno de los mayores partidarios dentro del gobierno central iraquí de la legitimación de la anexión turca.

Los esfuerzos de Hussein para exonerar al KDP

Además, Hussein intenta ocultar en la escena internacional el papel y el lugar del KDP en la ocupación turca y señalar al Movimiento por la Liberación del Kurdistán como blanco de las reacciones. Hussein, que también intenta recuperar el prestigio de los Barzani en la diplomacia y la política, lo hace aprovechando las oportunidades "oficiales" que le ofrece el gobierno central iraquí.