Desde la década de 1990, el Estado turco quema sistemáticamente los bosques del Kurdistán. Se destruye la flora y la fauna, y a menudo los pueblos de las zonas rurales se ven amenazados por los incendios forestales. Los intentos de los residentes locales por extinguir los incendios suelen ser detenidos por los militares. Recientemente, se han incendiado bosques en las provincias kurdas de Dersim, Bingöl, Şirnak, Hakkari y Bitlis. En algunos lugares los bosques siguen ardiendo. Los equipos de extinción de incendios creados por la población por iniciativa propia están siendo retenidos por el Estado.
En declaraciones a ANF sobre los incendios forestales, el activista medioambiental Vahap Işıklı señala que los incendios en el Kurdistán no están recibiendo una fracción de la atención pública como los incendios en el oeste de Turquía. Está convencido de que los devastadores incendios del oeste de Turquía son consecuencia del desastre climático. Incluso los datos recogidos por la NASA demostraron que no se trataba de incendios individuales, dijo. Mientras que en el oeste de Turquía se han permitido los equipos de bomberos voluntarios, el mismo compromiso está prohibido en las provincias kurdas, y lo ha estado durante muchos años. "En el Kurdistán, el problema es el incendio provocado; los incendios no se producen por sí solos. Durante muchos años, se han instalado puestos militares en las tierras afectadas tras las operaciones de tala y quema. Esto también explica por qué no se permiten las operaciones de extinción de incendios. Los incendios en estas zonas ni siquiera se mencionan en las declaraciones del Servicio Forestal. Esto también supone una diferencia significativa. Los incendios en esta región están relacionados con la cuestión kurda; detrás de los incendios en el oeste está sobre todo la codicia por los beneficios."
Işıklı también señala que no se trata de incendios forestales: "Por ejemplo, en los montes Cudi, se talan 400 toneladas de madera cada día, incluso sin fuego. En el monte Namaz se talan 150 toneladas de árboles al día. En el curso de las operaciones militares transfronterizas, se han despoblado 128 pueblos en el sur del Kurdistán. También allí se ha explotado la naturaleza. Si añadimos las presas y centrales hidroeléctricas de la región, queda claro cómo se pretende desplazar a la población. Con supuestos argumentos de seguridad, no se permite a la población intervenir por sí misma y tomar medidas contra ello".