El activista Ahmet Topkaya, quien ha dejado de ingerir vitaminas ni azúcares desde el pasado 30 de abril en su huelga de hambre, ha enviado una carta desde la cárcel en la que dice que el aislamiento es un problema que atañe a todo el que se haga llamar demócrata, izquierdista o ser humano.
Topkaya ha enfatizado que el resultado final va a ser determinado por la resistencia, y ha añadido: “Quienes evaden sus responsabilidades hoy no podrán evitar que la historia les haga rendir cuentas”.
Su carta dice como sigue:
“Mando mis saludos y amor a todos los camaradas en resistencia. Estoy agradecido a los valientes hijos de este feroz pueblo, que dan sus vidas por la libertad y la prosperidad del Kurdistán. Queremos que tanto amigos como enemigos sepan que defenderemos su memoria, sin importar lo que nos cueste. El propósito de nuestras llamadas es que se entienda que hemos comenzado un ayuno estricto que conduce más rápidamente a la muerte, y que en este sentido se haga lo necesario. El aislamiento no es solo el problema de nuestras madres que son golpeadas, arrastradas al suelo e insultadas hoy a las puertas de la prisión. Es un problema de todos los que se llaman a sí mismos demócratas, izquierdistas y seres humanos.
El aislamiento significa pisotear y desoír la voluntad de millones de personas. La prolongación del aislamiento es la destrucción de los valores democráticos. No derribar el aislamiento está legitimando las masacres, la tiranía y la opresión implementada por esta república centenaria, y apoyándola indirectamente. ‘Uno no puede prosperar a través de la tiranía’, quien se para y mira la tiranía es un colaborador del crimen.
Las heridas de la tragedia de Tertele en Dersim hace 83 años todavía están abiertas. Quien olvide el grito de venganza de Seyit Riza, Shex Said, Leyla Qasim y Qazi Muhammed mientras caminaban hacia la horca en la plaza Carcira, debería cuestionar sus raíces kurdas. Somos los hijos de los valientes que viven en estas antiguas tierras. No pueden obligarnos a bajar la guardia con la visita de un abogado insignificante. Cualquiera que piense que puede, debería pensar a Bese, Aliser, Beritan, Mazlum, Ibrahim y Deniz. Nunca esperaron nada del enemigo. Se sacrificaron no por su propio interés, sino por este pueblo.
Queremos que sepan que defenderemos este sacrificio a toda costa y que pagaremos el precio que sea necesario. Kemal y Hayri nos enseñaron a resistir. Prometemos que coronaremos este legado sagrado de resistencia con la victoria. No hemos acabado con quienes pensaron que nuestras madres merecían lágrimas en el Día de la Madre. Los jóvenes del Kurdistán tienen que hacer rendir cuentas y seguirán haciéndolo. Los jóvenes kurdos no se han rendido ante el fascismo en el pasado, y no lo harán hoy. No hay duda de que la resistencia determinará el resultado final. Al igual que la resistencia que prevaleció en Kobane, Cizre y Sur, el éxito de hoy se llama nuevamente resistencia.
Nuestra gente nos demanda asumir un deber histórico hoy. Cumpliremos con la conciencia histórica de nuestra responsabilidad. El siglo XXI ha visto muchos héroes, es el siglo del kurdo libre. Todos deben saber que la historia nunca ha rehuido de ningún juicio. Quienes evaden sus responsabilidades hoy no podrán evitar que la historia les haga rendir cuentas. Es una necesidad del ser humano preferir una vida digna a una de vergüenza y agonía. Los kurdos juran que derribarán el fascismo, en lugar de preocuparse por el qué pasará o los posibles fracasos”.