¡Yo, yo, yo! Mientras yo esté a cargo de esta misión…

Según Ender Öndeş, los numerosos cambios de política del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que a menudo se consideran incoherentes, forman parte de una estrategia deliberada para conservar el poder y suprimir la autonomía kurda.

A pesar de los cambios de rumbo en las relaciones exteriores con Siria, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita, la postura firme de Erdogan sobre la cuestión kurda y los presos políticos sigue siendo inalterable, lo que refleja sus objetivos políticos a largo plazo. Hemos traducido íntegramente el artículo de Ender Öndeş, publicado por primera vez en el periódico Yeni Yaşam. Para leer el original, click aquí.

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¡Yo, yo, yo! Mientras yo esté a cargo de esta misión…

Lo más sorprendente que encontrarán los historiadores cuando estudien al presidente del AKP, Recep Tayyip Erdogan y a su equipo –que han logrado mantenerse en el poder durante 22 años valiéndose de todo, desde el fraude electoral hasta la represión y la intimidación– serán los rápidos “giros en U” del mandatario y sus palabras y acciones contradictorias. Pero no todo se trata de inconsistencia personal. Si bien los portavoces de la oposición dominante interpretan estos rápidos cambios como incompetencia política o una especie de locura, esto es muy discutible. Aunque Erdogan ha tropezado a menudo en su carrera política, nunca, desde el principio, se ha desviado de dos principios básicos: mantenerse en el poder y aplicar una política de represión para crear un clima de miedo, especialmente en relación con la cuestión kurda y otros problemas sociales. De hecho, los dos están estrechamente relacionados. Erdogan intenta impedir que los kurdos obtengan el estatus, aunque se limitado, en cualquier parte del mundo, pero también intenta dominar a la sociedad kurda, que se ha visto obligada a desorganizarse, y convertirla en un pueblo subyugado, mientras que los objetivos de oprimir a los kurdos y los de mantener el poder se han entrelazado. Por eso, sus cambios de rumbo, que desde fuera pueden parecer vacilaciones de un político aficionado, siempre se pueden entender en relación con la cuestión kurda.

En particular en política exterior, el trasfondo de los movimientos y cambios de rumbo más críticos siempre ha sido el de allanar el camino para ambiciones expansionistas en el norte y el este de Siria y en la región del Kurdistán iraquí (Bashur).

Del “Asad asesino” a la “normalización”

Uno de los ejemplos más típicos de esto fue la relación de Erdogan con el régimen sirio. Bashar al Asad, que alguna vez fue “mi hermano Asad”, se convirtió de la noche a la mañana en “Assad el asesino” cuando Turquía, junto con otras potencias internacionales, intervino en Siria en 2011 y Erdogan quería un pedazo del pastel. En sus fantasías imperialistas, Erdogan trató a Siria como la tierra de los otomanos, y por lo tanto suya, e intervino organizando a las fuerzas yihadistas en la región diciendo: “Oh Bashar al Asad, juro que tendrás que rendir cuentas por esto. Si Alá lo quiere, veremos a este asesino pagar en este mundo”. Mientras tanto, tenía un plan importante para anexionarse la región comprando a los kurdos de Rojava. Pero todo se puso patas arriba cuando los kurdos mantuvieron su independencia y comenzaron a construir una nueva vida en la región. Erdogan se vio frustrado en sus intenciones de derrocar a Asad y rezar en la Mezquita Omeya [en Damasco], por lo que dirigió todas sus fuerzas yihadistas contra los kurdos.

Cuando esto también resultó infructuoso, como en Kobane [Ayn al-Arab], Erdogan intentó la ocupación física de partes de la región y un ataque general a la autonomía kurda como medio para resolver el “problema”. Sin embargo, cuando se hizo evidente que la resistencia kurda y la situación internacional significaban que esto era insuficiente, Erdogan comenzó a soñar con cooperar con el régimen de Damasco en una destrucción conjunta del estatus kurdo. En 2024, la retórica se centró en “normalizar las relaciones” y “devolver las relaciones turco-sirias a lo que eran”. Aunque el “hermano Asad” sigue siendo frío, insistiendo en que Turquía debe “retirar sus tropas primero”, incluso mientras establece relaciones con ella, Turquía mantiene viva la esperanza de aplastar la administración autónoma en Rojava atacando en dos frentes.

¿Cuándo se convirtió Al Sisi en un “hermano”?

Erdogan, que nunca ha ocultado sus vínculos con los Hermanos Musulmanes y sus ambiciones de convertirse en su líder, utilizó las palabras más duras después del golpe de Estado de Abdulfatah al Sisi: “He declarado en plataformas internacionales que no reconozco al golpista Al Sisi como presidente. Para mí, (Mohammed) Mursi es el presidente de Egipto. Si me sentara en la misma mesa con él, estaría negando mi propia identidad”. Durante las elecciones locales de 2019 en Estambul, Erdogan llegó a decir: “El domingo, ¿diremos Al Sisi o Binali Yıldırım [un ex primer ministro de Turquía]?”. Sin embargo, en septiembre de 2023, el mismo Erdogan se reunió con el presidente egipcio Al Sisi -al que había calificado previamente de “tirano”, “faraón” y “golpista”- durante la inauguración del Mundial de Fútbol en Qatar. No solo eso, sino que también recibió a Al Sisi en Ankara hace unos días, diciendo en la reunión: “Seguimos desarrollando nuestra cooperación. Estamos fortaleciendo constantemente los puentes y las relaciones multifacéticas entre nuestros países”, subrayando el objetivo de aumentar el volumen del comercio entre los dos países de 10.000 millones de dólares a 15.000 millones de dólares en cinco años.

De la financiación de un golpe a la colaboración

Otro eslabón de la cadena de recientes cambios de postura de Erdogan con los países de Oriente Próximo son los Emiratos Árabes Unidos. Tras el intento de golpe de Estado [en Turquía] de julio de 2016, Erdogan afirmó: “Sabemos muy bien quién en el Golfo estaba contento con el intento de golpe de Estado y cuánto dinero se gastó en él”. El entonces ministro del Interior, Süleyman Soylu, incluso dijo abiertamente en 2021: “Emiratos Árabes Unidos, junto con Estados Unidos, fueron responsables del golpe de Estado del 15 de julio. Las personas que llevaron a cabo el golpe de Estado del 15 de julio se esconden en Estados Unidos y sus socios están en los Emiratos Árabes Unidos”.

Sin embargo, con el tiempo, las políticas hostiles hacia los EAU dieron paso a relaciones más cálidas, y en 2021 Turquía firmó 10 acuerdos con los EAU en áreas como energía, medio ambiente, finanzas y comercio. En 2023 se firmaron otros 13 acuerdos por valor de 50.700 millones de dólares entre los dos países.

“No somos tontos”

Mientras Erdogan hacía planes y actuaba para acabar con el movimiento kurdo en Rojava y en la región del Kurdistán iraquí, se dio cuenta de que no era prudente luchar con todos en la región. Empezó a dar marcha atrás una y otra vez. La búsqueda de legitimidad y apoyo para su guerra contra los kurdos siempre ha sido un objetivo, incluso en las crisis más graves. Una de estas crisis fue el caso de Jamal Khashoggi, que involucraba a Arabia Saudita. Tras el asesinato del periodista Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, el 2 de octubre de 2018, Erdogan se había dirigido a la administración de Riad diciendo: “Esta gente piensa que el mundo está lleno de tontos. Esta nación no es tonta y sabe cómo hacerlos responsables. Saldrá a la luz mucho más. Saldrá a la luz mucho más. No podemos tolerar más a esta gente”. Pero este enojo duró poco. Algún tiempo después, comenzó la “normalización” entre Turquía y Arabia Saudita. El caso Khashoggi fue devuelto a Arabia Saudita. Cinco días antes de la llegada del príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS) a Turquía, se anunció que el Tribunal de Penas Severas Nº 11 de Estambul había desestimado el caso. Cuatro años después de su muerte, Erdogan recibió al príncipe heredero MBS con una ceremonia y firmó varios acuerdos entre los dos países.

No hay vuelta atrás, sino chantaje

La reciente crisis entre Suecia y la OTAN es un ejemplo típico de un caso directamente relacionado con la situación kurda. Erdogan, que disfrutaba de la influencia que tenía sobre la candidatura de Suecia a la OTAN, intentó extraer el máximo de concesiones posibles a lo largo del proceso. Al mismo tiempo que obligaba a Estados Unidos a actuar en el tema de los aviones de combate, también intentó quebrantar la postura de Suecia sobre los kurdos y los refugiados, y al menos lo consiguió con Suecia. En enero de 2023, Erdogan dijo a Suecia: “Lo siento, no recibirán ningún apoyo de nuestra parte en lo que respecta a la OTAN”. Pero en diciembre de 2023, el proyecto de ley para ratificar el protocolo de adhesión de Suecia a la OTAN pasó por la [Gran] Asamblea Nacional [de Turquía] y fue aprobado.

El único problema constante: los kurdos

En todos estos años, hay que reconocer una cosa: Erdogan nunca ha dado un giro de 180 grados en la guerra contra los kurdos ni en la cuestión de los prisioneros kurdos. Desde el principio, ha declarado abiertamente que no liberará a miles de prisioneros políticos kurdos, incluidos los copresidentes del HDP (Partido Democrático de los Pueblos, prokurdo) y los que están gravemente enfermos, a pesar de las sentencias del Tribunal Constitucional, del TEDH [Tribunal Europeo de Derechos Humanos] y el Poder Judicial [dependiente del Estado] ha seguido meticulosamente sus instrucciones. Erdogan ordenó personalmente el aislamiento ilegal e inhumano del líder del PKK [Partido de los Trabajadores de Kurdistán], Abdullah Öcalan, y esto también se ha aplicado, y tampoco ha habido vuelta atrás. Más precisamente, la postura de Öcalan de negarse a ser subyugado no deja a Erdogan ningún margen de maniobra.

¿El vuelco de la mesa fue un cambio de sentido?

Por supuesto, el cambio de sentido más brusco en la historia política de Erdogan fue la interrupción de las negociaciones en la fase protocolaria en Dolmabahçe en el “proceso de paz” [entre Turquía y el PKK], y la reanudación de la guerra. Erdogan, en los primeros días de las conversaciones, parecía un negociador decidido, hablando de “lograr ganancias a través del sudor y el trabajo”, que abrió la puerta a las conversaciones entre los “sabios” [del Estado] y Kandil [montañas, un bastión del PKK] e İmralı [la prisión donde se encuentra detenido Öcalan]. Aunque es una afirmación común que hizo este cambio de rumbo debido a la actuación del HDP en las elecciones del 7 de junio, el “Plan de Colapso” entre las decisiones del Consejo de Seguridad Nacional, que salió a la luz más tarde, reveló que había otras intenciones desde el principio. Erdogan, que pretendía construir un poder eterno cooptando a los kurdos tanto en Turquía como en Siria, puso en práctica su plan principal cuando no lo logró en Rojava (la “línea roja” de Öcalan) y cuando las cosas se torcieron drásticamente en Turquía. No dudó en rechazar la reunión y las negociaciones de Dolmabahçe, diciendo “no sabía nada de esto”, aunque había sido informado minuto a minuto sobre ellas.

Así que se podría decir que el cambio de rumbo en Dolmabahçe no fue un cambio de rumbo total, sino que Erdogan había estado jugando un juego diferente desde el principio.

¿Me preguntaste antes de ir?

El cambio de actitud más crítico de Erdogan se produjo el 31 de mayo de 2010, cuando soldados israelíes atacaron y masacraron a nueve personas en el barco Mavi Marmara, que transportaba ayuda humanitaria a Gaza. Erdogan, que se había proclamado protector de Palestina con su programa Un minuto en Davos, sabía desde el principio de la partida del barco. En todo caso, la había llevado a cabo la IHH [Fundación de Ayuda Humanitaria], que estaba bajo su control. Erdogan estaba al tanto de ello hasta el punto de que Bülent Arınç, el viceprimer ministro en aquel momento, declaró: “Algunos de nuestros diputados solicitaron subir al barco. No dimos permiso por razones de seguridad”.

Pero, a medida que se restablecieron las “buenas relaciones” con Israel, al tiempo que se intensificaron las relaciones comerciales, Erdogan cambió de tono. Aunque el asunto quedó cerrado con el pago de una compensación financiera, Erdogan echó más leña al fuego diciendo: “Estamos avanzando en el plano internacional. ¿Le ha preguntado al entonces primer ministro sobre la posibilidad de aceptar esa ayuda humanitaria de Turquía?”, sin abstenerse de insultar al IHH, con el que había crecido. En otras palabras, ordenó al IHH y a las organizaciones bajo su control que se volcaran hacia los kurdos en lugar de radicalizarse demasiado en la cuestión palestina.

¿Qué dijo? ¿Qué hizo?

El recuento de los giros y vueltas de Erdogan no es el final de los mismos.

-Por ejemplo, el pastor estadounidense Andrew Craig Brunson, que se encontraba bajo arresto domiciliario en Izmir y para el que la Fiscalía pedía 35 años de prisión por “cometer delitos y espionaje en nombre de organizaciones terroristas”, fue condenado a 3 años, 1 mes y 15 días de prisión. El presidente Erdogan habló claramente desde Beştepe diciendo: “Están diciendo ‘dennos al pastor’. No pueden tener a este terrorista mientras este pobre hombre esté en el cargo”. Pero esta opinión no duró mucho. Algún tiempo después, Brunson fue liberado, se le levantó el arresto domiciliario y la prohibición de viajar, y fue visto por última vez celebrando su libertad con Donald Trump.

Lo mismo ocurrió con el periodista y ciudadano alemán Deniz Yücel: “Deniz Yücel es un espía terrorista. Mientras yo esté en esta oficina, nunca será extraditado”, dijo Erdogan, pero después de un tiempo volvió a dar marcha atrás. Yücel, que fue liberado el 16 de febrero de 2018, regresó a Alemania en un avión privado.

-El 24 de noviembre de 2015, tras el derribo del caza ruso Su-24 en la frontera entre Turquía y Siria, el presidente Erdogan declaró: “No somos nosotros los que debemos disculparnos, sino los que violaron nuestro espacio aéreo. Nuestros pilotos cumplieron con su deber”. Esta frase también fue retirada. Se informó que Erdogan había enviado una carta al presidente ruso, Vladimir Putin, expresando su profundo pesar por el derribo del avión militar ruso.

-Una de las prácticas más importantes de Erdogan es amenazar a otros líderes políticos para enviar un mensaje al electorado. El primer ministro griego Mitsotakis fue uno de los objetivos. “Para mí, ya no hay ningún Mitsotakis. Dejemos que Mitsotakis piense en sí mismo a partir de ahora”, dijo Erdogan en marzo de 2022, pero dos años después, en mayo de 2024, invitó al primer ministro griego Mitsotakis a Ankara.

-La cuestión de los tipos de interés fue una historia de un giro total. Antes de las elecciones de 2023, Erdogan, que insistió en utilizar la frase “Mientras este hermano esté en el poder, los tipos de interés caerán”, pero después de duras derrotas, puso en el cargo a Mehmet Şimşek [como ministro de Hacienda y Finanzas] y, olvidándose de todas sus promesas, aprobó el aumento de los tipos de interés.

FUENTE: Ender Öndeş / Yeni Yaşam / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina