Ayer se repelió un intento de ataque del autodenominado Estado Islámico en la ciudad de Hesekê, en el noreste de Siria. La Oficina de prensa de las YPG ha informado que la atención de la población local ayudó a impedir dicho ataque contra las Unidades de Defensa Popular. Un artefacto explosivo preparado por el ISIS fue detectado y desactivado en la zona de la ruta entre Hesekê y Shaddadi.

Gracias al sentido de responsabilidad y la atención de la población civil, un peligro potencial ha sido eliminado y otro ataque del ISIS ha sido repelido, dice el comunicado.

Mientras tanto, el ejército turco ataca de nuevo Rojava. En el bombardeo de numerosas posiciones en la región de Girê Spî desde la frontera con Turquía ha muerto un miembro de las Fuerzas de Autodefensa y un civil ha resultado herido. Ahora mismo, Turquía está dirigiendo estos ataques contra la población de Selim, a 15 kilómetros de Kobane.

El pasado domingo, un miembro de las Fuerzas de Autodefensa del Norte de Siria fue asesinado después de que numerosas poblaciones al oeste de Kobanê fueran alcanzadas por la artillería turca. El ataque se produjo apenas un día después de la cumbre celebrada en Estambul, en la que los jefes de Alemania, Francia, turquía y Rusia discutieron el “proceso de paz en Siria”. Ahí, el presidente Erdogan anunció que quería librar otra guerra contra Rojava.

El martes, Erdogan reafirmó sus planes de ocupación contra el Norte de Siria: “Destruiremos las estructuras del terrorismo al este del Éufrates. Hemos completado nuestras preparaciones, planes y programas para tal fin”.