Desde el 27 de enero, el Estado turco ocupante está reduciendo la cantidad de agua que fluye hacia el norte y el este de Siria por el río Éufrates.
Según el acuerdo firmado entre Turquía y Siria en 1987, el Estado turco tiene que permitir 500 metros cúbicos de agua por segundo. Sin embargo, el Estado turco permite menos de 200 metros cúbicos de agua por segundo.
Con la disminución del agua, la presa de Tişrin y la presa del Éufrates sufrieron graves problemas porque al disminuir el agua, tampoco se limpió el agua restante.
La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos no protestaron contra estas políticas que amenazan la vida de las personas. Alentado por este silencio, el Estado turco sigue poniendo en peligro la vida de las personas. La producción de electricidad en la región se detuvo al producirse con el agua procedente del río Éufrates. La interrupción del suministro de agua también afecta negativamente a la población.
En declaraciones a la agencia de noticias ANHA, el ejecutivo de la presa de Tişrin, Mihemed Terbuş, dijo: "Debido a las políticas sucias llevadas a cabo por el Estado turco, puede producirse una crisis humanitaria. Enfermedades como el cólera pueden extenderse. Las necesidades de agua de la población se cubren a través del río. Las zonas agrícolas volverán a secarse. De todos modos, este año no ha llovido lo suficiente. Las horas en las que se suministra electricidad han disminuido. El río está muy contaminado