Turquía trata de desestabilizar la región de Norte y Este de Siria con la ayuda de células clandestinas del ISIS e incitar a la población contra las administraciones de autogobierno. Al menos así han confirmado los últimos detenidos de esas células como parte de la operación llevada a cabo por las SDF y las YPG contra la organización terrorista.
Las SDF y las YPG han acabado ya con numerosas células del ISIS y han arrestado a docenas de miembros de la organización que planeaban ataques, secuestros y asesinatos, particularmente en Manbij, Tabqa y Raqqa. Estas nuevas confesiones que señalan al régimen turco como cómplice del ISIS se suman a las anteriores realizadas por las otras células arrestadas. Gracias a las confesiones y delaciones de los arrestados se han podido realizar nuevos arrestos. Además de los arrestos se han confiscado almacenes de armas y municiones que los arrestados planeaban usar para sus ataques.
Contactos con funcionarios del régimen turco
Los terroristas arrestados incluyen a los responsables de numerosos ataques que se han cobrado la vida de muchas personas en Norte y Este de Siria. Uno de los arrestados ha afirmado que estuvo en contacto con funcionarios del régimen turco al cual le comunicó su necesidad de material explosiva y armas para las acciones. Dicho material les llegó gracias a la colaboración de los funcionarios turcos a través de las zonas ocupadas por el régimen turco en Norte y Este de Siria, en concreto, Jarablus y Azaz.
La confesión del miembro del ISIS también ha confirmado que iban vestidos con uniformes de las SDF cuando secuestraban a civiles y que han intentado envenenar los alimentos de los combatientes de las SDF cuando estos se encontraban en campos de entrenamiento.
Otros miembros del ISIS han afirmado haber participado en las actividades de la organización a cambio de dinero. Mientras que otros afirman haber sido extorsionados por los servicios secretos del régimen turco debido a que sus familiares viven y son amenazados en las zonas ocupadas por el régimen.