No solo asesinan, secuestran, violan, torturan y masacran al pueblo sino también saquean y roban a la población. De la misma manera, también son responsables de implementar políticas de genocidio cultural.
El idioma kurdo ha sido prohibido de las escuelas en Afrin, mientras que todos los nombres de las aldeas, barrios y calles han sido cambiados al turco.
El ocupante estado turco ha desplegado una política de destrucción de todo lo que sea kurdo en Afrin.
Para ello, ha abierto escuelas y centro educativos en un intento de hacer permanente estas políticas, poniendo a la infancia como su objetivo prioritario, alienándoles de su cultura.
El 7 de octubre tuvo lugar lo que puede ser considerado un acto paradigmático de esta política tal y como informaba la Agencia de Noticias ANHA: la apertura de un “centro cultural para huérfanos” nombrado en honor a la madre de Erdogan, Tenzile Erdogan.
En este centro, el estado turco está tratando de educar a los niños que han perdido a sus padres mediante profesores árabes y turcos que enseñarán con el objetivo de desarraigarles de su identidad kurda.
El estado turco continuará tratando de captar a nuevos agentes y asentar a enemigos del pueblo kurdo en el centro abierto para la infancia que ha perdido a su familia en la guerra.
El nombre del centro, en honor a la madre del presidente turco, muestra las intenciones del estado turco que se ve como el Sultan Otomano de nuevo cuño y pretende ocupar todo Oriente Medio.
El ejército turco y los mercenarios aliados atacaron Afrin el 20 de enero de 2018 y ocuparon la ciudad el 18 de marzo. Cientos de civiles fueron asesinados con armamento de última tecnología.
La ocupación y los ataques fueron respondidos con una heroica resistencia, conocida como la Resistencia de una Época.
Tras la invasión más de 300,000 personas fueron desplazadas de Afrin y huyeron a Shehba, lugar en el que la resistencia continúa.