La Fuerza de Defensa de las Nacionalidades Karenni (KNDF-05) de Myanmar envió un mensaje de solidaridad a Rojava.

El mensaje decía: "Queridos camaradas de Rojava: Nos entristece la noticia de los recientes ataques aéreos contra objetivos no militares, incluidos civiles e infraestructuras civiles en Rojava. Podemos identificarnos con las dificultades, los sacrificios y la valentía de nuestros hermanos y hermanas de Rojava."

El mensaje continuaba: "En nuestro país, la Junta Militar comete actos terroristas similares: escuelas locales, hospitales, estructuras religiosas, campos de refugiados, pueblos y ciudades son con frecuencia blanco de los ataques aéreos y de la artillería pesada de la Junta, además de que las tropas de la Junta cometen crímenes de guerra contra nuestra población civil. 

De un movimiento revolucionario a otro ante los que la comunidad internacional ha hecho la vista gorda, nos gustaría decir: 'Vemos vuestras luchas, vemos vuestra lucha por la liberación y la justicia'. La ausencia de quienes se levantan contra el mal es más aterradora que el propio mal. "

El mensaje añadía: "Debemos seguir marchando juntos por la caída de cualquier tirano. Nos solidarizamos con todas las fuerzas revolucionarias del mundo que abrazan la diversidad racial, religiosa y de género. 

Juntos, garanticemos que el poder administrativo de un país esté en manos de su pueblo. Que nuestros objetivos políticos se alcancen al tiempo que se sientan unas bases sólidas para construir una futura unión democrática federal con igualdad nacional, justicia y autodeterminación."

Antecedentes

El 1 de febrero de 2021, los militares de Myanmar dieron un golpe de Estado en plena noche, horas antes de que el Parlamento recién elegido se reuniera por primera vez. Los militares alegaron fraude electoral en las elecciones de noviembre de 2020, en las que su partido fue derrotado por la Liga Nacional para la Democracia, liderada por Aung San Suu Kyi, que obtuvo una aplastante victoria en la reelección.

Pocos días después del golpe, estallaron protestas masivas en Yangón y en todo el país. Aunque se produjeron algunos incidentes aislados de violencia, las fuerzas de seguridad permitieron en gran medida que se celebraran manifestaciones pacíficas durante todo el mes de febrero. Pero hacia finales de mes, la junta desplegó tácticas cada vez más violentas, desde cañones de agua, palizas y balas de goma hasta munición real.