El estado turco invasor y sus bandas aliadas continúan atacando a civiles en Afrin bajo ocupación. Los residentes de la ciudad han tenido que vivir con invasores durante algún tiempo, y la mayoría no puede aceptar esta vida violenta llena de atrocidades impuestas sobre ellos, y migrar a Shehba a la primera oportunidad que tienen. Una mujer llamada Nebîha Shexo, entre las últimas migrantes, habló de las prácticas atroces que presenció en la ciudad.
Las bandas mataron a su marido
Nebîha Shexo dijo que su esposo resultó herido en un bombardeo durante los ataques estatales de Turquía contra Afrin: "El lugar donde solíamos vivir había sido demolido". Mi esposo resultó herido en el bombardeo y fue recogido para ser tratado por el Heyva Sor A Kurd. Fue liberado al cabo de unos días.
No tuvo información sobre su esposo
Con la invasión, Shexo se quedó en la ciudad con su familia porque no tenían un automóvil para irse: “Nos quedamos en el centro de la ciudad porque no podíamos salir de la ciudad. Los soldados turcos y sus bandas llevaron a mi esposo por la fuerza al consejo que formaron y lo hicieron trabajar allí. Un día, él no regresó. Fui a donde lo pusieron a trabajar, para obtener información. Dijeron que mi esposo tuvo un accidente y que habían sido llevado a Turquía para recibir tratamiento. Pero luego supe que las bandas se llevaron a mi esposo y lo mataron de tanto torturarlo. Busqué a mi esposo por tanto tiempo, pero no pude enterarme de su destino. Al final, entendí que ni siquiera encontraría su cuerpo y fui a la aldea de Kefer Dele en Jindires. Me quedé allí durante un mes".
Tortura y saqueo
Shexo dijo que en los 7 meses que permaneció en Afrin, fue testigo de muchas prácticas inhumanas: “Muchos civiles fueron secuestrados, ya sean niños, mujeres o ancianos. Sus familias debían pagar rescate para liberarlos. Los civiles fueron torturados. Toda la cosecha de los agricultores fue confiscada. Los olivos fueron talados. Las familias de los mercenarios fueron traídas de Gota del Este y se instalaron en hogares de civiles".
Caminó por dos días
Nebiha Shexo dijo que decidió huir con sus hijos después de que su esposo fuera asesinado: “Busqué una salida de Afrin durante mucho tiempo, pero no había ninguna posibilidad. Al final fui a un grupo de bandas y les pagué 650 dolares, y me dejaron subir a la frontera de Sherawa. Caminé por dos días, fue muy difícil. Después de la dura caminata, llegué a la aldea Birj Al Qas de Sherawa. Luego fui a la aldea de Marate en Ehdas, donde vive mi hermana”.
Nebîha Shexo destacó que están decididos a continuar resistiendo.