El número de contagios por coronavirus ha superado los 8000 en la región autónoma del norte y este de Siria. Esto amenaza a la zona con un nuevo endurecimiento de las reglas contra la pandemia.

Según los datos publicados hoy por la comisión de salud de la comunidad autónoma, se han registrado un total de 8.067 resultados positivos desde el estallido de la pandemia: 43 de los nueos casos ocurrieron en 24 horas. En el mismo período, tres personas murieron en relación con la enfermedad viral Covid-19. Hasta la fecha, el norte y este de Siria ha registrado un total de 274 muertes por coronavirus. En Rojava, 1.148 personas se han recuperado.

De los últimos contagios reportadas hoy, nueve fueron de Tabqa, ocho en Hesekê y Dêrik cada una, siete en Qamishlo y cuatro en Kobanê. Raqqa y Manbij notificaron dos casos nuevos respectivamente, y Tirbespiyê, Girkê Legê y Shehba tuvieron un nuevo casocada uno. Sin embargo, debido a que la capacidad de prueba del coronavirus en el área autónoma es severamente limitada, es probable que el número de contagios no reportados en la población sea bastante alto. Las pruebas de PCR se consideran una escasez crónica.

En cualquier caso, Rojava está de facto por su cuenta en la lucha contra la pandemia, y la OMS apenas brinda un apoyo significativo. A esto se suman las condiciones de ocupación, los continuos ataques de grupos yihadistas y el ejército turco, un embargo generalizado y la destrucción de la infraestructura médica. 

A la luz de esto, el sistema de salud de Rojava está en un punto de ruptura. La región autónoma del norte y este de Siria alberga a cuatro millones de personas y 600.000 desplazados internos. Si bien se ha capacitado al personal y se han construido hospitales, faltan medicamentos, infraestructura técnica y equipo de protección.