El estado turco invasor ha utilizado todas las tecnologías para la guerra a su disposición y ha llevado a cabo ataques bárbaros para saquear a Afrin, y los ataques inhumanos por parte de ellos y sus bandas aliadas, los secuestros, los saqueos, las violaciones y los asesinatos contra los residentes de la ciudad no tienen límites.
Migración forzada y cambio demográfico en la ciudad
El estado turco invasor ha estado asentando miembros de bandas mercenarias y a sus familias, traídas de varias provincias sirias, a las casas que los civiles de Afrin se han visto obligados a evacuar. Esta práctica que tiene como objetivo cambiar la composición demográfica de la región ha provocado la evacuación completa de la aldea Meydan Eqbes en Rajo, donde no quedan aldeanos y todas las casas están ocupadas por familias de los mercenarios. El estado turco también se ha establecido en 200 mercenarios en hogares evacuados por la fuerza en el distrito de Mabata. Los residentes obligados a abandonar sus hogares han tenido que recurrir a quedarse con familiares en las aldeas.
El pueblo de Afrin resiste los ataques y las políticas de migración forzada del estado turco, y ha sido torturado, amenazado y desplazado por la fuerza por esa resistencia.
Docenas de familias viven en las calles ahora, mientras miembros de las bandas y sus familias traídas de Ghouta Oriental se han instalado en sus hogares en la aldea de Til Silur y en el centro del distrito en Jindires.
Secuestro y tortura
No pasa un día sin que los civiles de Afrin sean secuestrados y torturados. Según fuentes confiables de la región, al menos 75 civiles han sido secuestrados en los distritos de Mabata, Jindires, Bilbile y Sherawa solo la semana pasada. No hay información en absoluto sobre las 25 personas secuestradas de la aldea de Dargire y las 11 personas secuestradas de la aldea de Badina en el distrito de Mabata.
Algunos de los civiles secuestrados son: Mihemed Hesen Cefer, Shakêr Hesen Cefer, Hishem Mihemed Caro, Mihemed Xelîl Mihemed Caro, Enwer Mihemed Caro, Ewnî Shaban Bin, Cn. Hécî Ebdo Hebesh.
Gulê Xelîl (45) y su hija Xezalê Selmo (16) fueron secuestrados de la aldea de Birj Abdalo en Sherawa, y fueron liberadas después de que se pagó un rescate. El estado turco ha secuestrado a Mistefa Hisên Arif, Mihemed Xelîl Hemdî, Arif Mistefa Hisên y Fewzî Ebdîn Mistefa de la aldea de Merkan en el distrito de Mabata, Rênas Hesen (20) y Mistefa Cuma Hesen (30) de la aldea Bastute de Israel. 33) del pueblo Qestel Xidriya en Bilbile y Hisên Îsho Bin Bekîr del pueblo Til Silor en el distrito de Jindires. El destino de estos civiles secuestrados es desconocido.
El estado turco también ha secuestrado a 23 personas de la aldea Kurzele de Sherawa llevandolos a un lugar desconocido. Los farmacéuticos Xelîl Hec Ebdo Bin Mihemed y Mihemed Hedad Bin Xelîl fueron secuestrados en la aldea de Kefer Sefre en Jindires. Se desconoce el destino de Ednan Îbo y Mesûd Ibrajîm Mamo secuestrados de la aldea de Iskan y de Derwîş Derwîş (30) secuestrados de la aldea de Keferzite en Sherawa. No se ha sabido nada tampoco de un médico, de nombre Riyad Mela, secuestrado en la aldea de Coqe hace 15 días.
Extorción en los puntos de control militar
Las bandas del estado turco, que saquearon casas, negocios y olivares y granados en Afrin, ahora están extorsionando a la gente en los puestos de control militares que establecieron a lo largo de las carreteras principales y las entradas de la ciudad.
El mercenario que recolecta la mayor cantidad de dinero es recompensado por los líderes de las bandas y los comerciantes turcos al final de cada día. Un residente de la aldea que desea permanecer en el anonimato dijo que presenció a un mercenario que recolectó $4,300 en un día en la aldea de Tirinde y que este fue recompensado por lo recaudado.
Continúan los saqueos
El ejército turco y sus bandas aliadas han saqueado los granos, frutas, nueces y granadas en la ciudad y han aumentado el saqueo de los olivares en la región. Soldados turcos y mercenarios han confiscado la mayor parte de la cosecha de aceitunas en los distritos de Sherawa y Sheran, donde las fábricas de aceitunas se abrieron temprano. Los llamados consejos locales que formó el estado turco han puesto sus ojos en las pequeñas aceitunas que la gente ha dejado. El Consejo anunció que cada residente debe entregar el 10% de su producción como impuesto y que los olivares con propietarios obligados a emigrar serán confiscados.
El estado turco y sus grupos de mercenarios aliados continúan sus prácticas inhumanas mientras el mundo entero observa.