El 1 de noviembre, las fuerzas militares del estado turco invasor, que había lanzado una ofensiva contra la población en el norte y este de Siria, atacaron la aldea de Til Findir en Girê Spî, y dispararon a Sara, una niña de 6 años que volvía a casa de la escuela.

El padre de Sara, Rifat Mistefa, le dijo a ANHA: “Mi hija era estudiante de primaria, en su primer año. Estaba regresando a casa desde la escuela cuando fue asesinada deliberadamente por soldados turcos cerca de la frontera ".

El estado turco, añadió Rifat Mistefa, “está atacando a todos, sin importar si son niños o personas mayores. Cuando matan a un niño fuera de Siria el mundo entero se alza en indignación. Pero cuando el niño asesinado es kurdo o sirio, nadie dice nada. Mi hija fue asesinada por soldados turcos, pero a nadie le importó ”.

Rifat hizo hincapié en que resistirían los ataques hasta la última gota de sangre, sin importar las amenazas y la violencia.

La madre de Sara, Fatma Resûl, dijo: "¿Cuál fue el pecado de mi hija? Era sólo un niña pequeño. Su única culpa fue volver a casa desde el colegio. ¿Por qué la han asesinado?"

Fatma Resûl dijo que el silencio de la comunidad internacional sobre los ataques llevados a cabo por el estado turco los sorprendió. “El estado turco quiere que salgamos de nuestros pueblos. Pero resistiremos y no permitiremos que el estado turco alcance sus objetivos".

La madre y el padre de Sara terminaron sus comentarios con un llamado a las organizaciones internacionales de derechos humanos para que cumplan con sus responsabilidades y garanticen el procesamiento de Turquía.