Mercenarios apoyados por Turquía secuestran a un yazidí en un pueblo de Afrin
Los yihadistas que actúan como mercenarios de Turquía en las zonas ocupadas del Norte y el Este de Siria siguen cometiendo crímenes contra la población local.
Los yihadistas que actúan como mercenarios de Turquía en las zonas ocupadas del Norte y el Este de Siria siguen cometiendo crímenes contra la población local.
El grupo mercenario Jabha al-Shamiya, respaldado por Turquía, ha secuestrado a un hombre yazidí llamado Mistefa Ehmed Misto en el campo de Afrin el pasado 24 de abril.
Según la información obtenida de una fuente local de Afrin, el hombre de 58 años, padre de cuatro hijos, vivía en la población de Qestel Cindo en el distrito de Shera.
El hombre yazidí había sufrido repetidas atrocidades en manos de los yihadistas. Antes de su secuestro, le habían pedido un rescate de hasta 7 mil dólares.
Las fuentes consultadas dijeron que los mercenarios de Jabha al-Shamiya se llevaron a Mistefa Ehmed Misto a una prisión en Azaz, pero no hay información disponible sobre su paradero.
Primero amenazados por los otomanos, luego por el ISIS y finalmente por el Estado turco, el pueblo yazidí vive permanentemente perseguido. Especialmente en la región de Afrin, ocupada por los turcos, los yazidíes se encuentran bajo una grave amenaza.
El 8 de marzo de 2018, el Estado turco, junto a sus milicias yihadistas, marchó hacia la ciudad de Afrin e instauró un reino de terror, peor que en los días más oscuros del régimen del Baaz. Desde el primer día hasta hoy, las fuerzas de ocupación han atacado a la población, especialmente a la yazidí, cometiendo los peores crímenes con el silencio cómplice de la opinión pública mundial. El Estado turco ha hecho asesinar a los yazidíes, ha destruido sus lugares sagrados y ha secuestrado a muchos en sus cámaras de tortura. El destino de algunos yazidíes sigue siendo desconocido hoy. Se les quiso islamizar a la fuerza por todos los medios. Y los que no se someten a esta política de islamización se exponen a la violencia y la persecución.
Por ejemplo, Omer Şemo, de 66 años, fue asesinado a tiros por las fuerzas de ocupación cuando se negó a convertirse al Islam. Desde la ocupación de Afrin, al menos 12 yazidíes han sido asesinados por este motivo. 50 mujeres yazidíes han sido secuestradas. Los cementerios yazidíes y los mausoleos han sido destruidos por las tropas de ocupación. Los cementerios yazidíes de Şêx Xerîb, Qerecirnê, Barsêxaton, Şêx Hemîd, Şêx Cinêd, Ebdellrehman y Henan, el centro cultural yazidí, la estatua de Zaratustra y una biblioteca yazidí han quedado también completamente destruidos. En Dara Izza, el gran cementerio yazidí ha sido saqueado en busca de tesoros. Las instalaciones yazidíes han sido demolidas y en su lugar se han colocado instalaciones islámicas. Actualmente, 3.000 de los antiguos 25.000 yazidíes siguen viviendo en Afrin. Y todos ellos son objeto de represión y persecución.
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