Mercenarios obligan a los yazidíes en Afrin a convertirse al Islam

Las bandas de Faylaq Al Sham en Afrin, avaladas por los turcos, obligan a los niños yazidíes a ir a las mezquitas y a convertirlos al Islam. Qatiba al-Hamzat ha confiscado varias escuelas y casas que pertenecían a Alevies para convertirlas en mezquitas.

Las bandas invasoras del ejército turco continúan implementando prácticas orientadas a cambiar la demografía y forzar un proceso de asimilación.

Los mercenarios saquearon sitios históricos y sagrados que pertenecían a Yazidis y Alevies tan pronto como invadieron Afrin. Últimamente se han centrado en la asimilación y los esfuerzos de conversión forzada al islam, contra Yazidis y Alevis.

Faylaq Al Sham bajo el régimen de Ankara obliga a los niños yazidíes de Afrin a ir a mezquitas, mientras que Qatiba al-Hamzat transforman las casas que pertenecen a Alevies en mezquitas y escuelas de la sharia.

Según la ANHA, las bandas aliadas del estado turco Faylaq al-Sham han estado obligando a los niños yazidi de la aldea Basufan del distrito de Sherawa a ir a las mezquitas. Los niños se ven obligados a aprender una versión estricta del Islam y el Corán.

Una fuente informó que un ciudadano llamado X.K. fue torturado después de oponerse a que llevaran a su hijo a la mezquita.

La misma fuente dijo que una joven Yazidi no identificada fue secuestrada por los mercenarios y llevada a un lugar desconocido.

Las prácticas de asimilación se imponen no solo a los yazidis, sino también a los alevies de Afrin.

El grupo Qatibeya al-Hamzat convirtió la escuela en el pueblo de Kaxrê del distrito de Mabata, en una escuela de la sharia, que solo cubre temas islámicos. Según los informes, las mismas bandas confiscaron la casa de un Alevi llamado Henan Ereba para utilizarla como mezquita.

Mientras tanto, en la misma región, otras tres casas de Alevies fueron confiscadas por y están siendo preparadas para su uso como mezquitas y escuelas de la sharia.

Los invasores continúan secuestrando a civiles, torturándolos y robando sus propiedades todos los días en Afrin. Desde los ataques que comenzaron el 20 de enero, miles de residentes de Afrin han sufrido el mismo destino. El asesinato, la ejecución, la tortura, el robo, el saqueo, el acoso y la violación encabezan la lista de crímenes de guerra sistémicos cometidos por el Estado turco en la región.

Amnistía Internacional emitió una declaración a principios de agosto y dijo que hay graves violaciones de los derechos humanos en la ocupada Afrin, citando que Turquía (a las que se hace referencia como "fuerzas de invasión") es responsable de ellas. Human Rights Watch había emitido un informe a mediados de junio y había anunciado que grupos respaldados por Turquía en Afrin estaban confiscando y saqueando propiedades privadas que pertenecían a civiles kurdos.