Fuentes locales informan que unos 80 mercenarios apoyados por Turquía han robado las aceitunas de Afrin en grupos. Los mercenarios están llevando las aceitunas confiscadas a las zonas de producción en un intento de adquirir aceite de oliva.

Por otra parte, los informes sugieren que las fuerzas de ocupación turcas y sus mercenarios aliados están obligando a la población de Afrin a exhibir la bandera turca y otras banderas que están utilizando. Los que se nieguen a enarbolar estas banderas corren el riesgo de ser sancionados.

Las fuerzas turcas lanzaron la invasión el 20 de enero y entraron en el centro de la ciudad con sus bandas el 18 de marzo. Desde que comenzaron los ataques de la invasión, cientos de civiles han sido asesinados y otros cientos han sido secuestrados.

Las casas de civiles fueron saqueadas y bombardeadas y sus pertenencias confiscadas. Muchos sitios históricos también fueron víctimas de esta brutalidad. Todos los días hay noticias de que se secuestran y torturan personas y se les confiscan sus bienes.

Los crímenes de guerra sistemáticos cometidos por las fuerzas estatales turcas y los mercenarios aliados en Afrin incluyen, entre otras cosas, el asesinato, la ejecución, la tortura, la extorsión, el robo, el saqueo, el hostigamiento y la violación.

Amnistía Internacional había emitido una declaración a principios de agosto en la que mencionaba las graves violaciones de los derechos humanos en Afrin y decía que Turquía, a la que apodaban las "fuerzas de invasión", es responsable de estos actos. Human Rights Watch emitió una declaración a mediados de junio y anunció que grupos respaldados por Turquía estaban confiscando la propiedad privada de civiles kurdos y saqueando en Afrin.