Aproximadamente 350.000 personas de Afrin tuvieron que huir el 18 de marzo de 2018 tras la invasión y ocupación ilegal de su tierra por el estado turco. Esa ola de desplazados continua a día de hoy debido al acoso sistemático del pueblo de Afrin por parte del ejército turco y sus bandas islamistas aliadas. Mientras los refugiados en el Cantón de Shehba continúan viviendo en condiciones difíciles, el estado turco traslada hasta Afrin a personas de ciudades árabes, a menudo a las familias de los yihadistas que han ocupado Afrin.
Recientemente se ha podido saber que alrededor de 4.000 personas de Idlib han sido asentadas en Afrin por el estado turco. Los nuevos colonos están en Jindires, Shera, Bilbilê, Shêrawa y las aldeas alrededor. Básicamente son miembros de las milicias yihadistas de Hayat-Tahrir-al-Sham (HTS), la rama de Siria de Al-Qaeda. El número total de personas que han sido asentadas de Afrin, con el objetivo de crear un cambio demográfico, son ahora más de 200.000.