Ebdo Murad Reşo, de 38 años de edad y natural de la aldea de Omo, situada en el distrito de Mabata en Afrin, ha sido secuestrado por los grupos mercenarios respaldados por Turquía en un puesto de control cerca de Afrin. Según los informes, el hombre se dirigía a Azaz para satisfacer las necesidades de su familia. Es la segunda vez que es secuestrado por las fuerzas de ocupación.

Por otra parte, Hisên Şaban, de 14 años, ha sido secuestrado por los invasores en la aldea de Badina, en el distrito de Rajo.

El Estado turco, con una hueste de yihadistas y ultraderechistas, ha establecido un régimen de terror sobre Afrin, territorio que ocuparon en marzo de 2018. Los secuestros, los saqueos, los rescates y los desplazamientos están a la orden del día desde entonces. Solo en los últimos dos meses, se han registrado más de 300 secuestros en Afrin. Al menos seis civiles han sido asesinados.

En el periodo comprendido entre el 29 de julio y el 23 de agosto, la Organización de Derechos Humanos de Afrin registró 101 secuestros. 17 de los secuestrados eran mujeres. Además, entre los secuestrados había tres menores. A menudo, los secuestrados son llevados a cámaras de tortura dirigidas por mercenarios o por el MIT (servicio secreto turco), y liberados tras el pago de rescates. Cuando los secuestrados son torturados repetidamente hasta la muerte, sus cuerpos son arrojados en campos u otros lugares similares. Esto genera un clima de terror que va alejando a la población kurda.