El ocupante estado turco y sus grupos yihadistas comenzaron una agresión contra Afrin el 20 de enero de 2018. Tras 58 días de resistencia por las YPG/YPJ, Afrin fue finalmente ocupada el 18 de marzo. Miles de residentes de Afrin fueron forzados a buscar refugio en el distrito de Sherawa de Afrin y en el vecino Cantón de Shehba. Para los desplazados por la ocupación del estado turco, se montaron tres campamentos de forma inmediata.
Miles de familias de Afrin todavía viven en estos tres campamentos. Sin embargo, cientos de otras familias se instalaron en las casas, colegios y tiendas derruidas de la región. A medida que la vida se hace más dura con la llegada del invierno, la población se ve obligada a marchar de los edificios derruidos. Por ello, el campamento Verger ha sido construido para refugiar a la población en el distrito de Sherawa. Las familias de Afrin que viven en las ruinas de Sherawa han dicho que continuarán su resistencia a pesar de las duras condiciones.
“Resistiremos hasta que Afrin sea liberada”
Sheikho, una refugiada del barrio de Ashrafiya de Afrin ha relatado como tuvo que huir de Afrin tras el ataque del estado turco sobre la ciudad con 72 aviones de guerra. Tuvo que pasar meses en una mezquita.
“Tras pasar dos meses en la mezquita, el imán nos llevó a las tiendas de campaña donde nos quedamos durante 7 u 8 meses. Pero el invierno es mucho más difícil que el verano. La creación de este campamento nos ha ayudado. Están haciendo todo lo que pueden para ayudarnos con nuestras necesidades”.
Sheikho ha afirmado también que su único deseo es poder volver a Afrin: “Querríamos volver a Afrin. Éramos felices en nuestra ciudad. No había carestía ni nadie nos oprimía. Estábamos ocupados con nuestra vida diaria. A pesar de ello Erdogan vuelve a amenazarnos otra vez. Nos obligó a huir de Afrin, ahora quiere que huyamos también de Shehba. Que vengan, que ataquen pero nunca nos rendiremos. Ellos bombardearon la zona hace apenas unos días. Quieren intimidarnos. Pero no nos iremos a ningún lado”.
"Todavía se está expulsando a la población de Afrin"
Otro refugiado, Zeyneb, también ha declarado que con la llegada del invierno los niños corren más peligro de caer enfermos, y que por ello se han tenido que trasladar al nuevo campamento. Zeyneb ha dicho que la situación actual es relativamente mejor: “Nuestro único deseo es volver a nuestro hogar algún día. No queremos marcharnos de nuestra tierra.”
Uno de los administradores del Campamento Verger, Hecreham Afrin, ha hablado sobre la razón tras la apertura del campamento: “Huyendo de las fuerzas del estado turco y sus mercenarios, nuestro pueblo buscó refugio en los edificios destruidos en la zona. Las personas todavía se están marchando de Afrin y llegando aquí. Fue más sencillo vivir en verano en los edificios abandonados pero ahora en invierno, las circunstancias son muchos más difíciles y las personas buscan refugio. Hemos abierto este campamento para poder ofrecer un refugio a esas personas. Por ahora hemos instalado 132 tiendas de campaña para las familias que han llegado. Todo lo que pretendemos es servir a nuestro pueblo y es lo que continuaremos haciendo”.