Seydo Belo de 83 años: Los mercenarios en Afrin querían decapitarme
Seydo Arif Belo dijo que fue sometido a torturas inhumanas por los soldados invasores turcos y sus bandas aliadas durante su tiempo en Afrin y agregó que querían decapitarlo.
Seydo Arif Belo dijo que fue sometido a torturas inhumanas por los soldados invasores turcos y sus bandas aliadas durante su tiempo en Afrin y agregó que querían decapitarlo.
El estado turco invasor y sus bandas aliadas comenzaron a saquear Afrin después de que atacaron bárbaramente la ciudad, y continúan atacando a los residentes de manera inmoral e inhumana. Seydo Arif Belo, que logró salvarse de los mercenarios y llegar al cantón de Shehba, fue objeto de la barbarie de los soldados turcos y los mercenarios.
Seydo vivía en la aldea Dîkê, en la región Rajo de Afrin, y se quedó en su aldea a pesar de todos los ataques y la presión de los invasores porque no quería abandonar sus tierras. Las bandas mercenarias no le permitieron a Seydo arar sus campos después de que comenzaran a saquearlos, y un día los soldados turcos y sus grupos aliados lo sometieron a ataques inhumanos mientras trabajaba.
Decenas de soldados turcos y mercenarios llegaron al campo mientras Seydo estaba trabajando, y "comenzaron a golpearme sin ninguna explicación", relato el anciano y continuó: "Un miembro de uno de los grupos "dijo que su nombre era Mihemed y me habló kurdo me empujó al suelo y buscó en mis bolsillos. Tenía 50,000 Liras sirias y 800 Liras turcas conmigo. Se llevó todo mi dinero y mi teléfono y se los guardó en el bolsillo".
Seydo dijo que Mihemed le puso un cuchillo en la garganta después de tomar su dinero: "Luego cambió de opinión acerca de decapitarme y ponerme en un vehículo. Me vendaron los ojos. Trajeron a 4 hombres más de la aldea de Belîlko. Nos llevaron a un lugar cerca de Rajo con los ojos vendados".
El anciano relató que constantemente fueron sometidos a tortura física donde fueron secuestrados: "Había otros 8 conmigo donde estaba detenido. Entre ellos se encontraban Ezedîn Mihemed, de 95 años, y su hija, de la aldea de Moskê. Estuvimos allí durante 2 días y nunca nos dieron comida. Ellos venían y nos golpeaban en cualquier momento".
Seydo dijo que luego los llevaron a un puesto de avanzada en la aldea de Belilo y los llevaron a un interrogatorio: "No tenía ningún cargo en absoluto. Luego me llevaron al puesto de control en Rajo. Un pariente vino a buscarme".
Seydo agregó que más tarde llamó a su hijo que estaba en Shehba y le pidió dinero. Logró pagar su salida de la ciudad y se fue.