Los habitantes de Nurdağı no quieren abandonar su tierra ni su cultura. Quieren que se encuentre una solución para ellos lo antes posible.

El 80% de Nurdağı, en Antep (Dilok), una de las ciudades más afectadas por los dos terremotos de febrero, quedó destruido. La ciudad tiene una población de 42.000 habitantes y muchas personas emigraron tras el seísmo, mientras que el resto intenta resistir a pesar de las grandes dificultades. Hüsne Kılıç, superviviente del terremoto, habló con ANF sobre sus experiencias.

Contó que tras el seísmo tuvieron que cambiar continuamente de lugar y añadió: "Fuimos a la casa del viñedo, nos quedamos en la tienda, dormimos en el coche. Siempre estamos fuera. Nuestros hijos enfermaron por el frío".

Kılıç dijo que han perdido a muchos vecinos y amigos en el terremoto, y añadió: "La mayoría de los amigos de mi hija murieron. En los primeros días, sólo teníamos algunas mantas para mantenernos calientes. No quiero irme de mi ciudad. Aunque tuviera que quedarme en una tienda de campaña, no me iré de aquí". Dicen que Nurdağı se vaciará por completo. Pero yo no quiero irme de aquí. No me quedan lágrimas. No queremos dejar nuestra tierra, porque nacimos en este lugar. No queremos emigrar a otro lugar. El gobierno debería encontrar una solución a esta situación lo antes posible".