La Sociedad Internacional de Derechos Humanos (Internationale Gesellschaft für Menschenrechte, IGFM) advierte de una dramática escalada de la situación en Siria. Antes de su conferencia anual, la organización instó al gobierno alemán a no hacer concesiones a los nuevos gobernantes sirios mientras la situación de los derechos humanos no mejore significativamente.
La advertencia se emitió en respuesta a las masacres de la comunidad alauita en las regiones costeras de Siria, en las que han muerto más de 2.000 personas, según la IGFM, así como a la creciente violencia contra las minorías religiosas y étnicas. "La islamización avanza implacablemente", declaró el portavoz de la IGFM, Valerio Krüger. Se están destruyendo cruces en tumbas cristianas, y durante el Ramadán se prohíbe comer y fumar en público, y las escuelas y el transporte público están estrictamente segregados por género.
El IGFM declaró que el grupo que gobierna actualmente en Damasco, Hayat Tahrir al-Sham (HTS), con antiguos vínculos con la milicia terrorista Estado Islámico (ISIS) y Al Qaeda, lucha por un estado islamista con la sharia como fuente de sus leyes. En lugar de la tan proclamada justicia transicional que supuestamente castigaría los crímenes de lesa humanidad, prevalecen la arbitrariedad, la justicia por mano propia y una justicia de venganza. "El gobierno alemán no debería responder ingenuamente a las promesas de los yihadistas. Donde alauitas, kurdos, cristianos, drusos y estudiantes han sido asesinados sistemáticamente, nuevas masacres son inminentes", declaró el IGFM.
La situación económica también es devastadora. Según el Dr. Nabil Antaki, co-fundador y director de la organización de ayuda Blue Marists, los salarios y las pensiones llevan meses sin pagarse, los precios de los alimentos están subiendo drásticamente y la electricidad es escasa. "Desde la disolución de la policía, la delincuencia y los robos han aumentado. Se producen arrestos arbitrarios y ejecuciones sumarias casi a diario", denunció Antaki.