Nilüfer Koç: “Nuestra prioridad es la libertad de Öcalan”
Nilüfer Koç, portavoz de Relaciones Exteriores del KNK, insta al Estado turco a actuar con rapidez y a tomar medidas concretas para la seguridad de Abdullah Öcalan.
Nilüfer Koç, portavoz de Relaciones Exteriores del KNK, insta al Estado turco a actuar con rapidez y a tomar medidas concretas para la seguridad de Abdullah Öcalan.
El 27 de febrero, la Delegación Imrali anunció el «Llamamiento a la paz y a una sociedad democrática» de Abdullah Öcalan. En respuesta a este llamamiento histórico, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) declaró un alto el fuego a partir del 1 de marzo. La declaración también subrayaba la necesidad de crear un marco político y jurídico adecuado para garantizar el éxito práctico de esta iniciativa.
Nilüfer Koç, miembro del Consejo Ejecutivo y portavoz de Relaciones Exteriores del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK), ha hablado con ANF sobre el histórico llamamiento de Öcalan.
La Delegación Imrali anunció el tan esperado «Llamamiento a la paz y a una sociedad democrática» de Abdullah Öcalan. Con esta postura, ha iniciado el comienzo de una nueva era. ¿Cómo interpreta este llamamiento?
Después de diez años, ver la foto del Sr. Öcalan nos llenó de gran emoción y moral. Fue realmente un momento histórico. Esta imagen es el resultado de un paso histórico dado con inmensa determinación, visión y coraje. Está directamente relacionada con la inmensa lucha librada durante los últimos 26 años, especialmente la resistencia de Öcalan contra el sistema de tortura de Imrali y la heroica lucha de los guerrilleros para ponerle fin. El pueblo y el movimiento kurdos han resistido continuamente junto a su líder durante todo este periodo. Todos estos acontecimientos son el resultado de una gran resistencia.
Desde la creación de este movimiento, durante cincuenta años, la búsqueda de soluciones pacíficas y conciliadoras ha seguido siendo un principio fundamental, y esto se ha reafirmado una vez más. Este proceso ha sido increíblemente apasionante. Por supuesto, no todo el mundo lo percibe de la misma manera, ya que conlleva dimensiones ideológicas, estratégicas, diplomáticas y políticas. Naturalmente, esto ha suscitado preguntas y preocupaciones en algunos círculos. Era de esperar, porque comprender un paso histórico como éste lleva su tiempo.
Estas preocupaciones son bastante comprensibles desde la perspectiva del pueblo kurdo. Durante cien años, no han visto nada positivo del Estado: sólo derramamiento de sangre, violencia y terror. Un pueblo sometido a políticas de genocidio desde la época otomana será, por supuesto, cauteloso con el Estado. Sin embargo, Öcalan dio este gran paso confiando en su pueblo y en sus camaradas. Con esta confianza, ha subido el listón. En los procesos de negociación, un paso así es poco frecuente. Cuando miramos a Catalunya, Euskadi o a Sudáfrica, no vemos una maniobra política semejante. Por eso este paso es de gran importancia y está siendo reconocido en todo el mundo como un momento histórico.
Por otro lado, existen preocupaciones y preguntas en el bando contrario. ¿Cómo responderá el Estado turco a este llamamiento? ¿Puede cambiar de repente una política de genocidio que ha durado un siglo? Los pasos que dé el Estado serán decisivos. Sin embargo, nuestra lucha y resistencia deben continuar. Si no presionamos, el Estado puede intentar ganar tiempo y maniobrar para salir de sus crisis actuales, como ha hecho en el pasado. Por lo tanto, las críticas y las preocupaciones son naturales. Veremos cómo responde el Estado.
Aunque esta declaración no se incluyó en el texto oficial del histórico llamamiento, Sırrı Süreyya Önder transmitió las palabras de Öcalan: “Sin duda, en la práctica, la deposición de las armas y la disolución del PKK requieren el reconocimiento de la política y los marcos jurídicos democráticos”. A pesar de ello, sigue existiendo confusión en ciertos círculos. ¿Qué debería hacerse a continuación para garantizar el éxito de este proceso?
Aunque esta declaración no se incluyó en el documento oficial, el párrafo final transmitido por Sırrı Süreyya Önder tiene un gran significado. Aunque no se incorporó al texto turco, sí se añadió a sus traducciones a otros idiomas. En cualquier caso, el Sr. Öcalan hizo esta declaración en presencia de la delegación, y también fue grabada en cámara.
Una de las preguntas más frecuentes ahora es: ¿Qué se pide a cambio de estos grandes pasos? La respuesta está en lo que Öcalan declaró en su último párrafo: acuerdos legales y políticos. O en otras palabras: una Turquía democrática. Se trata de un llamamiento a una transformación democrática en la que los kurdos y las kurdas y otros pueblos puedan existir con sus propias identidades, practicar libremente sus lenguas y culturas.
Por otra parte, la disolución del PKK y el desarme no es algo que pueda ocurrir inmediatamente. Para ello son necesarias medidas de confianza y garantías. El PKK es un movimiento que ha dejado una huella indeleble en 50 años de historia del Kurdistán y ha evolucionado hasta convertirse en una fuerza que va más allá de sí misma. El Sr. Öcalan ha llamado al PKK a celebrar un congreso, y el PKK y sus fuerzas afiliadas deben evaluar este proceso dentro de sus propios procedimientos internos.
Anteriormente, Murat Karayılan también declaró que un mensaje de vídeo directo del Sr. Öcalan por sí solo no sería suficiente. En los congresos del PKK, el Sr. Öcalan siempre ha presentado informes políticos y esbozado perspectivas. Ahora, para acelerar el proceso, debe poder transmitir su llamamiento directamente en condiciones de libertad.
Este proceso es también de gran importancia para los kurdos y las kurdas que viven en Europa y para la diáspora kurda en general. El 10 de octubre de 2023 se lanzó la campaña “Libertad para el Sr. Öcalan, una solución política a la cuestión kurda”. Estos esfuerzos continúan, y seguimos firmes en nuestra exigencia de la libertad del Sr. Öcalan. Su llamamiento ha recibido un importante apoyo internacional. Tanto los Estados como las Naciones Unidas han respondido positivamente a este hecho en sus declaraciones.
A través de esta campaña, siempre hemos afirmado que el camino hacia la paz pasa por la libertad del Sr. Öcalan, y seguimos firmes en esta exigencia. No sé cuál será la posición del PKK al respecto, pero como personas que vivimos en el extranjero, nuestra prioridad es la libertad del Sr. Öcalan.
Durante las reuniones en Imrali, ¿se habló de la participación de Öcalan en el congreso del PKK? ¿Tiene alguna información al respecto?
Como dice el refrán, si el objetivo está claro, se encontrarán los medios. El Sr. Öcalan y la parte kurda han hecho lo que tenían que hacer. No hay nada más que añadir. Si se presta atención, incluso Alemania, que lleva 30 o 40 años luchando contra el PKK, pide ahora un cambio. Los kurdos han dado el paso con Öcalan, y ahora es el momento de que actúe la otra parte.
¿Cómo responde el Estado turco? No basta con hacer declaraciones. Sí, hay grupos de extrema derecha cuya retórica puede no tomarse demasiado en serio, pero en general, la postura de la oposición ha sido positiva. Esto se ha reflejado en el enfoque general de la oposición en Turquía. Sin embargo, ya no basta con que el gobierno ofrezca sólo un reconocimiento verbal. Se necesitan medidas concretas. Si se convoca un congreso, deben concederse al Sr. Öcalan las condiciones necesarias para participar. Esta es ahora su responsabilidad.
Lo que nos importa es que el señor Öcalan pueda hablar de alguna manera. En esta época, hay poderosos medios tecnológicos disponibles. Sin embargo, el aspecto más crucial es su participación directa en el congreso. Ese es nuestro objetivo final. La participación por teléfono o video no nos satisfará del todo. Exigimos su completa libertad. Durante 26 años, ha persistido una injusticia. El sistema de tortura en Imrali no tiene legitimidad legal ni política. Se impuso únicamente debido a políticas impulsadas por el poder, imponiendo un castigo severo.
Junto con Öcalan, el pueblo kurdo y todos y todas los que abogan por la paz han sido castigados. Este error histórico debe ser corregido. Es por eso que insistimos en exponer y desmantelar completamente la conspiración impuesta al pueblo kurdo a través de Imrali.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan también hizo una declaración sobre este tema. ¿Qué piensa de sus declaraciones? ¿Cumplieron con las expectativas?
El presidente Erdoğan tardó mucho en pronunciarse sobre este asunto. Si nos fijamos, el líder del Partido de Acción Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli, también ha intentado crear un debate sobre este tema desde el 1 de octubre, pero incluso su respuesta se retrasó y sólo recientemente se ha articulado en términos concretos.
Sin embargo, creo que el hecho de que se estén haciendo estas declaraciones es significativo. Si recordamos procesos anteriores, hubo momentos en que el presidente Erdoğan dijo: “La cuestión kurda es mi problema”. Después de llegar al poder, utilizó frases como: “Los kurdos son mis hermanos”. Más tarde, durante el proceso de Oslo y las negociaciones de Imrali, también hizo declaraciones en apoyo del proceso. Sus declaraciones actuales son, por supuesto, importantes, pero debemos esperar más.
El paso dado por Öcalan es mucho más arriesgado para él que para cualquier otro. Conocemos bien este Estado. Si Erdoğan está haciendo estas declaraciones, entonces deben seguir rápidamente los pasos concretos. Se deben adoptar medidas prácticas, como reformas constitucionales. El Estado debe presentar acciones concretas.
Es hora de abandonar la retórica del tipo “hemos eliminado esto, hemos derrotado aquello” y dejar de utilizar términos como “terrorismo” en este contexto. Este lenguaje debe cambiar. El señor Öcalan ha demostrado su sinceridad en este asunto, asumiendo un gran riesgo al hacerlo. Si ese es el caso, entonces el Estado también debe tomar medidas. Desde los niveles más altos de liderazgo, este lenguaje debe cambiar, porque es un discurso que presiona a nuestro pueblo. También es un discurso que dificulta nuestro trabajo. Por lo tanto, creo firmemente que este lenguaje debe cambiar.
Öcalan ha advertido de que si este proceso se prolonga, podría entrar en juego el mecanismo golpista. ¿Cómo debemos interpretar esta advertencia?
Quiero dar un ejemplo de un período anterior: el proceso de 2013. Las reuniones celebradas en diciembre de ese año se hicieron oficiales. Luego, el 9 de enero de 2013, Sakine Cansız, Fidan Doğan y Leyla Şaylemez fueron martirizadas. Se llevó a cabo un brutal atentado contra Sakine Cansız, una de las fundadoras del PKK. Más tarde, Öcalan declaró abiertamente: “Esto estaba dirigido contra mí. Era lo mismo si se trataba de Sakine o de mí”.
Por lo tanto, siempre existe la posibilidad de que ocurran incidentes similares. La forma en que se desarrollan los acontecimientos en Turquía y Oriente Próximo a menudo hace que sea difícil determinar quién actúa en interés de quién. Estamos en un período de dinámica multifacética. Las acciones de un Estado pueden alinearse con los intereses de otro Estado o contradecirlos, lo que conduce a una competencia interna entre ellos. Además, los Estados extranjeros suelen tener presencia en los mismos Estados a los que se oponen. Por eso, los equilibrios internos nunca son homogéneos. Por eso es necesario ser cautelosos. La masacre de París fue un mensaje importante para nosotros y nosotras en aquel momento. También en ese período se activó el mecanismo golpista y se produjo una intervención para bloquear el proceso. Hoy en día, situaciones similares deben ser vigiladas con atención. Por eso, el señor Öcalan hace hincapié en la necesidad de actuar con rapidez.
El Estado debe tomar medidas concretas ahora, porque en las condiciones actuales en Imrali, la vida del señor Öcalan no está protegida. La única garantía para su seguridad es su propio movimiento. Las condiciones actuales en Imrali plantean un grave problema en este sentido. Además, siempre habrá fuerzas que intenten sabotear el proceso. Por ejemplo, existe la posibilidad de que se produzcan acontecimientos similares a la [segunda] masacre de París del 9 de enero de 2013. Ya lo hemos vivido antes. Por eso creo que es necesario actuar con rapidez.
¿En este proceso hay un tercer observador o un país monitor, como hemos visto en otros procesos de paz? ¿O se está discutiendo este tema?
Este proceso aún no ha sido formalmente denominado. Se lo describe como un proceso de creación de iniciativas mutuas. De hecho, no se corresponde plenamente con conceptos como negociación o paz. En esta etapa, es difícil categorizarlo definitivamente. Más bien, se lo puede ver como un período en el que ambas partes están tratando de entenderse mutuamente y las condiciones actuales están facilitando el proceso. La situación interna de Turquía, los cambios en la región y el surgimiento de un movimiento y un pueblo kurdos fortalecidos en medio de este caos, todos ellos juegan un papel en la configuración del proceso.
Teniendo en cuenta estos factores, se puede decir que ambas partes están dispuestas a llevar a cabo este proceso juntas. El papel de un tercero podría ser importante en este sentido. En el proceso de 2013, el Sr. Öcalan afirmó que la sociedad civil debería asumir principalmente esta función. En este contexto, los grupos integrados por organizaciones kurdas y de otros pueblos de Turquía que gozan de respeto social, tienen autoridad y representan la conciencia y la justicia podrían contribuir al proceso. Además, también podrían entrar en juego mecanismos internacionales vinculantes.
En este momento, la diplomacia kurda tiene el poder de llenar el vacío de la tercera parte. Turquía ha firmado numerosos acuerdos y documentos internacionales, y la diplomacia kurda podría desempeñar un papel crucial para garantizar la implementación de estos compromisos. También se podrían establecer otros mecanismos para cumplir la función de tercera parte. Sin embargo, se desconoce si las partes han solicitado tal cosa.
En el llamado de Öcalan, está claro que busca resolver la cuestión directamente con Turquía. Aún no se sabe si Turquía ha iniciado tal esfuerzo. Sin embargo, se podría activar un mecanismo de tercera parte basado en la conciencia. De hecho, el Sr. Öcalan lo ha mencionado explícitamente al enfatizar el concepto de una “sociedad democrática”. Una sociedad democrática debe asumir la propiedad de este proceso y establecer una estructura organizada. Debería formarse un mecanismo a través de comités, comisiones o iniciativas para supervisar y seguir el proceso. Porque en última instancia, esta solución beneficia a la sociedad en su conjunto.
Uno de los destinatarios de la carta de Öcalan fue el Congreso de Sociedades Democráticas Kurdas en Europa (KCDK-E). ¿Se compartió esta carta también con el KNK? ¿Cuál es la posición del KNK en este proceso?
A pesar de las severas condiciones de tortura y aislamiento en Imralı, el hecho de que el Sr. Öcalan todavía piense en nosotros y nosotras y busque nuestras opiniones es realmente un honor. En este sentido, sentimos una profunda gratitud hacia él. También extendemos nuestro agradecimiento al KCDK-E por compartir la carta con nosotros.
Fue un gran honor que Öcalan quisiera escuchar nuestras opiniones y, antes de tomar cualquier medida, preguntara: “¿Qué piensan? ¿Cómo debería ser esto?”. El hecho de que hiciera un esfuerzo tan grande en esas condiciones nos conmovió profundamente a todos y a todas. Al mismo tiempo, nos impuso una gran responsabilidad. Es un momento de profunda reflexión moral, que nos brinda un sentido de humildad. Porque solo podemos imaginar las condiciones que está soportando. La realidad de Imrali ha sido una herida en nuestros corazones durante 26 años.
A pesar de esto, la inquebrantable fe del Sr. Öcalan en sus camaradas, en su pueblo y en la democracia lo llevó a buscar las opiniones de las mayores organizaciones paraguas kurdas en Europa, como la KCDK-E y el Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa (TJK-E). Para nosotros y nosotras, este es un inmenso honor y un momento abrumadoramente emotivo. Nuestra gratitud hacia él es ilimitada. Para quienes vivimos y trabajamos en Europa, la mayor responsabilidad que tenemos es luchar por la libertad del Sr. Öcalan y la resolución de la cuestión kurda. Porque la paz necesita la libertad de Öcalan.
La forma en que nos preparó para este proceso en su carta y explicó cómo deberíamos responder es un enfoque profundamente significativo. Una vez más, demostró su grandeza y liderazgo. Reforzó nuestra determinación, fortaleció nuestra resolución y encendió aún más nuestra pasión por la lucha.
El llamamiento de Öcalan ha suscitado reacciones internacionales. ¿Podemos decir que este llamamiento ha obligado también a potencias como Europa y Estados Unidos, que desde hace tiempo intentan criminalizar al PKK y al pueblo kurdo con el pretexto de la violencia, a reconsiderar su postura? ¿Cuál debería ser su enfoque de cara al futuro?
Siempre hemos afirmado que la designación del PKK como organización terrorista prohibida no es más que un pretexto legal. En el fondo, se trata de una decisión política. Esta decisión fue una continuación de la política de negacionismo kurdo, en beneficio de quienes han explotado esta negación durante más de un siglo. Sin embargo, ahora se está cayendo la máscara de estas políticas de prohibición. Lo que realmente está en juego aquí no es el PKK, sino el futuro de todo un pueblo. Por eso no se puede ignorar la lucha en curso.
Está en juego el reconocimiento y la aceptación de un pueblo de 50 millones de personas como nación. Pero en lugar de abordar esta realidad, utilizaron al PKK como pretexto. Al mismo tiempo, buscaron venganza contra el PKK, porque el PKK permitió a esta nación expresarse y hacer visibles sus luchas. En Berlín, Londres y París, los kurdos y las kurdas han comenzado a exigir: “Ustedes nos convirtieron en un problema. Ahora justifíquenlo”. La lucha del señor Öcalan llevó al pueblo kurdo al punto de plantear esta exigencia fundamental.
Y precisamente por eso se declaró una guerra política contra los kurdos y las kurdas, y los mecanismos legales se convirtieron en armas de guerra. Miles de personas fueron encarceladas. A muchos kurdos que vivían en Europa se les revocaron sus pasaportes, documentos de identidad y derechos de ciudadanía.
Ahora que su excusa para etiquetar al PKK como una amenaza pierde credibilidad, ¿qué pasará? ¿Qué pasará con los kurdos? ¿Qué harán con ellos? El llamamiento del señor Öcalan ha obligado a Europa a enfrentarse a estas cuestiones. Muchos de nuestros amigos y amigas se están acercando y preguntando: “¿Qué podemos hacer al respecto?”
¿Qué hará Europa ahora? La Unión Europea incluyó al PKK en su lista de organizaciones terroristas en 2002. En ese momento, había un alto el fuego y se estaban llevando a cabo conversaciones sobre la transformación y la paz. Era un período en el que se priorizaba la lucha política, pero se tomó una decisión así de hostil. Ahora se está desarrollando un nuevo proceso y está sobre la mesa la posibilidad de dar un nuevo paso. De los informes de los medios de comunicación y de las declaraciones de círculos cercanos al Estado se desprende una cosa clara: en comparación con las prohibiciones impuestas al PKK en 2002 o en Alemania en 1993, la situación actual es diferente. En los últimos años, la propia Turquía se ha convertido en un problema para otros Estados. En el pasado, la cuestión kurda estaba en primer plano; ahora, para Europa, el problema gira cada vez más en torno al actual gobierno turco.
Ahora, todo el mundo está esperando. En muchos círculos se dice: “Öcalan ha dado un paso, ahora Turquía debe responder”. El señor Öcalan ha hecho un llamamiento histórico. Existe un creciente consenso en cuanto a que ahora se deben ofrecer garantías al pueblo kurdo. Quienes en su día criminalizaron los esfuerzos pacíficos de los kurdos se encuentran ahora en una posición difícil debido a las políticas represivas del gobierno del AKP. Esta vez, Europa está trasladando la responsabilidad a Turquía y diciéndole: “Debes cambiar”.
Se trata de un avance muy significativo. La declaración del señor Öcalan, hecha tras considerar plenamente todas las posibilidades, también ha creado una nueva realidad en la política internacional. Esto presenta una gran oportunidad para la diplomacia kurda. Muchos países están preocupados por la dirección que ha tomado el AKP a Turquía. En el pasado, Europa apoyaba a Turquía incondicionalmente, pero ahora ese apoyo ha comenzado a cambiar. Hay un dicho: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Esto es precisamente lo que Europa está experimentando ahora: se siente traicionada por Turquía y exige un cambio.
Este es un momento crítico para la diplomacia kurda. Si este proceso se gestiona bien, se podrá llenar el vacío dejado por la ausencia de un mediador externo, porque ahora se reconoce abiertamente que el régimen de Turquía es problemático. Hay sectores que miran cada vez más con esperanza al movimiento kurdo, y estas declaraciones reflejan ese cambio.
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