¿Qué viene después de la masacre alauita?

El ataque a las aldeas de la región costera de Siria no fue una simple batalla entre facciones de la oposición y el régimen, sino un crimen organizado de clara naturaleza sectaria.

La forma en que se llevó a cabo la masacre, las declaraciones de los perpetradores y su alarde público ante las cámaras, confirman que no se trató de una operación militar convencional, sino de un acto deliberado de genocidio contra los alauitas. Esto sienta un precedente peligroso para otras comunidades, como los kurdos y los drusos, y las pone en riesgo de sufrir violencia similar en el futuro.

Lo que ocurrió en la costa refleja una realidad más amplia en Siria, donde el Estado sirio –tanto sus fuerzas armadas como sus instituciones– ya no puede hacer valer su autoridad. En cambio, el país se ha convertido en un campo de batalla para numerosas facciones armadas respaldadas por agencias de inteligencia regionales, que operan al margen de todo marco legal o militar.

Entre las facciones que perpetraron la masacre contra la comunidad alauita en Siria, con el apoyo de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), se encuentran la Brigada Sultán Suleiman Shah (conocida comúnmente como Amshat) y la División Hamza. Se trata de los mismos grupos que han lanzado ataques contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en frentes como la presa de Tishreen y el puente Qara Quzak.

Suponer que estas facciones no volverán a utilizar sus armas contra las zonas kurdas es una ilusión peligrosa. Por ello, es imperativo mejorar la preparación militar y fortalecer las operaciones de inteligencia proactivas.

HTS no ha logrado proteger sus propios territorios

El gobierno de Al Jolani (Al Sharaa), preso del pánico, no ha logrado proteger sus propios territorios, incluida la región costera, que se consideraba una de las zonas más fortificadas. Por ello, la idea de alinearse con Damasco, sin una fuerza autónoma fuerte capaz de proteger a los kurdos y a otras comunidades coexistentes de posibles ataques, sería un grave error de cálculo. El propio Damasco está infiltrado y es incapaz de hacer frente a las amenazas regionales y de las facciones.

La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) debe desarrollar estrategias independientes que den prioridad al fortalecimiento de la seguridad interna y externa. Además, es vital reforzar las alianzas con otras comunidades vulnerables. La reciente masacre ha demostrado que las facciones extremistas leales al gobierno sirio no sólo atacan a los restos del antiguo régimen, sino a comunidades específicas. Esto pone a los drusos, kurdos, cristianos, alauitas y algunas tribus árabes en riesgo de futuros ataques.

Las alianzas fuertes y duraderas entre estas comunidades podrían servir como una barrera formidable contra futuros actos de genocidio y desplazamiento, similares a lo que se observó en Shengal, Afrin, Serêkaniyê y Girê Spî.

Una oportunidad diplomática y política para la AANES

El brutal ataque a la región costera ha reforzado la posición de la Administración Autónoma en la comunidad internacional, en particular como la única entidad que ofrece un modelo de gobierno estable en Siria.

Hay que aprovechar el momento política y diplomáticamente para lograr un reconocimiento más amplio de la AANES y promover la protección internacional contra las facciones extremistas. Hay que ejercer presión sobre las grandes potencias, como Estados Unidos y Europa, para que se mantenga el apoyo militar y político, y se eviten futuras masacres en otras regiones.

El dilema de Al Jolani

El líder del HTS, Abu Mohammad al Jolani, se encuentra en una situación crítica después de esta masacre. Si decide castigar a las facciones responsables, corre el riesgo de una rebelión interna, respaldada por las potencias regionales, que podría amenazar su gobierno. Sin embargo, si no actúa aumentará la presión internacional en su contra, y las sanciones y la falta de reconocimiento plantearán obstáculos importantes a sus ambiciones políticas.

En cualquier escenario, el futuro del noroeste de Siria sigue siendo incierto, con una creciente probabilidad de caos y conflictos internos entre facciones rivales.

¿Podrían repetirse estas masacres en otros lugares?

Sí, si estas facciones no rinden cuentas podrían cometer crímenes similares en otras zonas, incluidas las regiones controladas por la Administración Autónoma, así como en [la ciudad de mayoría drusa de] Suwayda y en zonas tribales. El actual vacío de seguridad, combinado con la ausencia de una autoridad central, crea un entorno ideal para que se repitan estos crímenes, en particular dado el continuo apoyo regional que reciben estos grupos armados, lo que los hace prácticamente inmunes al enjuiciamiento.

Por ello, la Administración Autónoma debe tomar la masacre alauita como una seria advertencia de lo que podría ocurrir en sus propios territorios si no se toman las precauciones necesarias. Es necesario reforzar la seguridad y las defensas militares y prepararse para posibles ataques futuros.

Además, los kurdos, los drusos y otros grupos minoritarios deben coordinar esfuerzos y forjar alianzas para protegerse de las amenazas extremistas. Este momento también debería aprovecharse diplomáticamente para presionar a la comunidad internacional a fin de que reconozca a la Administración Autónoma e imponga sanciones severas a las facciones terroristas respaldadas por ciertos Estados regionales, especialmente después del domingo, cuando el Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, condenó la masacre diciendo: “Estados Unidos denuncia a los extremistas islámicos, incluidos los yihadistas extranjeros, que mataron a personas inocentes en Siria. Estados Unidos está con los drusos, los alauitas, los cristianos y los kurdos”.

Además, Alemania, Francia y la Unión Europea (UE) han condenado la masacre y han comenzado a reconsiderar su postura sobre el levantamiento de las sanciones contra Siria. Si no se toman medidas ahora, las masacres futuras podrían ser aún más sangrientas y nadie estará a salvo del caos fomentado por las agencias de inteligencia regionales y sus facciones afiliadas, no solo en Siria, sino potencialmente también en Europa.

FUENTE: Younes Behram (médico y escritor con varias publicaciones sobre literatura kurda en alemán y en kurdo) / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina