Descubren un relieve de la diosa Ishtar en la antigua ciudad asiria de Nimrud

Ishtar (Inanna para los antiguos sumerios) fue una de las divinidades más importantes del panteón mesopotámico. Estuvo vinculada principalmente con el amor y la guerra.

Ishtar (Inanna para los antiguos sumerios) fue una de las divinidades más importantes del panteón mesopotámico. Ishtar estuvo vinculada principalmente con el amor y la guerra, y su figura, representada normalmente como una estrella de ocho puntas, se asoció con el planeta Venus como estrella de la mañana. Esta poderosa diosa aparece de pie, completamente desnuda, con las manos sobre el vientre, sosteniéndose los senos o blandiendo un arco sobre un carro tirado por leones. Amada, pero también temida, Ishtar fue tan influyente en las religiones y culturas del Antiguo Oriente Próximo que su presencia condicionaba la vida de sus devotos seguidores.

Las excavaciones que se han venido sucediendo en diversas áreas del antiguo Creciente Fértil han sacado a la luz numerosas representaciones de Ishtar. Como ha ocurrido ahora durante los trabajos que arqueólogos del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, en estrecha colaboración con un equipo de arqueólogos iraquíes, están llevando a cabo en la antigua ciudad asiria de Nimrud, gravemente destruida recientemente por el ISIS. Aquí, los investigadores han desenterrado un gran bloque de piedra con una representación de la diosa Ishtar en el interior de una estrella de ocho puntas.

La importancia de Ishtar

“Nuestro mayor hallazgo esta temporada ha sido el espectacular fragmento de una estela de piedra que muestra a la diosa Ishtar dentro de un símbolo de estrella. Esta es la primera representación inequívoca de la diosa como Ishtar Sharrrat-niphi, un aspecto de la diosa asociado con el ascenso del planeta Venus, la estrella de la mañana, que se encuentra en este templo dedicado a ella”, han declarado en un comunicado conjunto el Director de Programa de Estabilización del Patrimonio de Irak y el arqueólogo Michael Danti, de la Universidad de Pensilvania.

En el transcurso de los trabajos arqueológicos llevados a cabo esta temporada, los investigadores se han centrado principalmente en el interior de un palacio de 2.800 años de antigüedad que fue descubierto durante la pasada temporada. Asimismo, el equipo ha incluido en los trabajos el templo de Ishtar (donde se ha producido el hallazgo), que se alzó en el centro de un conjunto de casas donde posiblemente vivieron sus acólitos y que fue pasto de las llamas cuando Nimrud fue saqueada y destruida durante la invasión de babilonios y medos en el año 612 a.C.

Objetos preciosos

En otro orden de cosas, el descubrimiento de dos enormes bases de columnas de piedra sugiere que el palacio estaba magníficamente decorado con columnas exquisitamente talladas. En el interior de la sala del trono se encontraron los restos de un cuenco de piedra de gran tamaño, lo que hace suponer a los arqueólogos que el palacio posiblemente disfrutó de un sistema de calefacción central. Asimismo, se descubrieron fragmentos dispersos de cáscara de huevo de avestruz y elementos de marfil, materiales raros y que habrían sido extremadamente valiosos a principios de la Edad del Bronce.

Como se ha apuntado anteriormente, fue durante los trabajos que se llevaron a cabo en Nimrud, durante la pasada temporada de excavaciones, cuando el mismo equipo arqueológico localizó los restos de este importante palacio, que según todos los indicios habría pertenecido al rey asirio Adad-Nirari III, que reinó entre 810 y 783 a.C., y cuyo cuarto hijo, Tiglath-Pileser III, sería el fundador del Imperio Nuevo Asirio y el monarca con el cual el Imperio Asirio alcanzaría su máximo esplendor.

FUENTE: J. M. Sadurní / National Geographic