La memoria cultural kurda se transmite en la música

La cantante de Dengbêj, Receb Rüstem, ha contribuido a la preservación de la cultura y las melodías kurdas durante 40 años a través de sus canciones.

Los kurdos cuentan en sus canciones felicidad y amor, pero también de opresión y masacres. Estas canciones populares forman parte de la cultura Dengbêj, una forma de canto poético, en este caso también llamado Klam. Un guardián de esta tradición es Sebah Recep Rustem. La madre de seis hijos tiene 55 años y vive con su hijo discapacitado en la ciudad de Ehris, en el cantón de Shehba. Ella comparte su apartamento de tres habitaciones con una familia desplazada de Afrin.

Sebah es conocida en toda la región por su hermosa voz. A los 15 años comenzó a cantar, tocar la flauta y el tambor. A los 17 años, estaba casada. Su dolorosa vida se reflejó rápidamente en sus canciones.

Sebah conoció la lucha por la libertad kurda y su hija Jiyan Rustem se unió a la guerrilla. Ella cayó en el este de Kurdistán. Sebah deja vivir a su hija en sus canciones. Ella enfatiza que ahora canta sus canciones para todos los mártires y por un Kurdistán libre.