La fotógrafa francesa Laurence Grangien es conocida por sus fotografías en zonas de guerra. Al comienzo de este año, la artista, que vive en Nuremberg, viajó alrededor de Rojava y Kurdistán para tomar algunas imágenes.

Estas fotografías las recogió en una exposición que se inauguró en Südpunk, el Centro Cultural y Educativo de la ciudad de Nuremberg, bajo el título ‘Rojava: luz y existencia’.

Una de estas fotografías muestra la autodefensa de las mujeres en Rojava. Una mujer armada con la bandera partisana de las mujeres detrás, y una foto colgada de Abdullah Öcalan, ha sido la primera imagen en ser atacada. Primero, por los medios de comunicación locales y, luego, por las instituciones turcas, hasta que el propio Consulado de Turquía presionó para se retirara la fotografía.

Como la presión no surtió efecto, Serdar Deniz, el cónsul turco en la ciudad, intervino personalmente reuniéndose con el alcalde Ulrich Maly. La fotografía fue finalmente retirada de la exposición tras las amenazas del funcionario turco, que afirmaba que se trataba de “propaganda terrorista”.

La artista Laurence Grangien ha dicho que se siente profundamente sorprendida al ver que la ciudad retrocedía ante estas amenazas retirando la fotografía de su exposición. Declarando que el arte es libre y no puede ser censurado, Grangien dijo: “De hecho, bajo la presión del Consulado de Turquía, mi exposición se ha dado a conocer ampliamente. Me han mostrado cuán importante es el trabajo que estoy llevando a cabo, y se lo agradezco”.

El Estado de Baviera, donde se encuentra la ciudad de Nuremberg, es conocido por su política criminalista contra los kurdos. Pese a que no existe ninguna prohibición oficial contra las fuerzas de Rojava en Alemania, el Ministro del Interior prohibió las banderas de las YPG/YPG y el PYD bajo el pretexto de propaganda del PKK el pasado 2 de marzo de 2017.

Algunos Estados no han aplicado esta prohibición, y los motivos en los que se basa provocan una fuerte controversia en Baviera.