Amnistía Internacional dijo en un comunicado que estaba "alarmada por las declaraciones hechas por el Ministro del Interior [turco] el 27 de agosto, que sugirió que se podría imponer en el futuro la prohibición de la vigilia semanal".

Amnistía recordó que "los familiares de los desaparecidos por la fuerza y ​​otros que se habían reunido para participar en la vigilia del 25 de agosto ejercían pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica, garantizados por las leyes nacionales e internacionales de derechos humanos".

La organización ha pedido "a las autoridades que aseguren que los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica se respeten, incluyendo a los participantes de la próxima vigilia, que tendrá lugar el 1 de septiembre". 

Amnistía Internacional dijo que "enviará observadores a la vigilia que tendrá lugar el sábado 1 de septiembre".

El sábado 25 de agosto de 2018, la policía de Estambul atacó la vigilia pacífica de familiares de personas que habían desaparecidas forzosamente mientras estaban bajo la custodia de las fuerzas del estado.

La vigilia pacífica semanal en la Plaza Galatasaray debía marcar la semana 700 de la protesta desde 1995 por las Madres de  los Sábados.

Las Madres han estado exigiendo justicia y verdad sobre las desapariciones de sus seres queridos mientras estaban bajo custodia.

Los responsables de las desapariciones no han comparecido ante la justicia.

La policía utilizó gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de plástico contra los reunidos, que eran familiares de los desaparecidos, defensores de los derechos humanos y parlamentarios y como periodistas que cubrían la vigilia.

Unos 47 participantes fueron agredidos y detenidos, incluidas algunas Madres ancianas.