Ocho reclusas infectadas con Covid-19 en la prisión de mujeres de Amed

En la prisión de mujeres de Amed, ocho presas han sido diagnosticadas con infección por coronavirus y dos de ellas tuvieron que ser tratadas en el hospital por dificultad respiratoria.

En la prisión de mujeres de Diyarbakır (Amed), ocho prisioneras han sido infectadas con el coronavirus. El ala celular B-11 está afectada y otras tres mujeres del ala han sido colocadas en celdas de cuarentena. La infección se detectó cuando dos de las detenidas, Feriha Deyiş y Emine Erol, fueron trasladadas al hospital por dificultad respiratoria. En el ala vecina B-12, los detenidos muestran síntomas pero no son examinados. Entre otros, la política del HDP Rojbin Sevil Çetin, que sufre de cáncer.

Las infecciones solo pueden haberse transmitido a través del personal penitenciario, ya que en las cárceles no es posible realizar visitas abiertas sin un sistema divisiorio. Después de cada contacto externo, por ejemplo después de audiencias judiciales o tratamiento hospitalario, los detenidos son puestos en cuarentena. Los guardias registran con frecuencia las celdas. Las oportunidades de realizar pruebas también son escasas fuera de las cárceles, y para ello se debe visitar un hospital.

Publicación del informe sobre violaciones de derechos en prisión

La parlamentaria del HDP Fatma Kurtulan pide a la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento que inspeccione las condiciones en las prisiones de Amed. La Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHD) ha documentado en un informe las violaciones de derechos en los centros de detención de la metrópoli kurda.

El informe afirma que los presos se ven obligados a someterse a registros sin ropa. En la prisión de mujeres, las reclusas están encadenadas durante el transporte. Durante los traslados, se retienen las pertenencias personales de los presos, incluidos los medicamentos necesarios. En varios casos, está documentado que los presos han sido golpeados. Otro punto importante del informe es la falta de medidas de protección contra infecciones por parte de los guardias. Los presos son monitoreados con cámaras incluso en el baño. El acceso a periódicos y libros está sujeto a la arbitrariedad de la dirección penitenciaria, e incluso las cartas y paquetes se entregan a los presos sólo de forma esporádica.

Los presos que participan en la huelga de hambre contra el aislamiento de Abdullah Öcalan y las condiciones carcelarias están sometidos a una presión especial. Están aislados en celdas solitarias y sometidos a sanciones disciplinarias; se les niegan las vitaminas, el azúcar y la sal.