El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, hizo una serie de comentarios sobre la situación en el norte y este de Siria.

Colville expresó: "Hemos comenzado a recibir informes de víctimas civiles. A partir de anoche recibimos informes de siete civiles, incluidos dos mujeres y un niño que habían muerto más otro niño herido, durante los primeros dos días de la operación turca".

Colville agregó que les han llegado "informes inquietantes de que ataques aéreos y ataques terrestres por parte del ejército turco y grupos armados afiliados han afectado la infraestructura civil clave y objetos como estaciones de bombeo de agua, represas, centrales eléctricas y campos petroleros. Es probable que miles de personas se verán privadas de un acceso adecuado a agua limpia en el área abastecida por la estación". 

Colville también subrayó que hay noticias de que áreas en el norte de Siria, "como Afrin, al-Bab, Jarablus y Azaz que ya estaban bajo el control de las fuerzas turcas y/o grupos armados afiliados, continúan enfrentando la ilegalidad y la criminalidad desenfrenada y violencia.

Hemos recibido informes específicos de intimidación, malos tratos, asesinatos, secuestros, saqueos e incautaciones de casas de civiles por parte de los grupos armados respaldados por Turquía en estas áreas, y según los informes, los miembros de estos grupos confiscaron a civiles de sus hogares o puntos de control, acusado de afiliación con grupos armados o políticos kurdos específicos. El destino y el paradero de muchos de esos civiles siguen siendo desconocidos". 

El portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos insistió en una lamentable situación, dada la realidad informada por las SDF sobre el terreno: "Las operaciones militares deben llevarse a cabo de acuerdo con el derecho internacional humanitario, en particular los principios de distinción, proporcionalidad y precaución".