Zerdeşt Oduncu (30), un preso enfermo en la prisión cerrada de alta seguridad de Antalya, no está recibiendo tratamiento a pesar de sus problemas de salud.

El 12 de febrero de 2014, tres días antes del aniversario de la entrega del líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan a Turquía por una conspiración internacional el 15 de febrero de 1999, Oduncu prendió fuego a su cuerpo y desarrolló una inflamación en su cuerpo debido al retraso en el tratamiento. Oduncu fue encarcelado durante 10 años y condenado a 174 años de prisión, y se encuentra en régimen de aislamiento.

La madre del preso, Selma Oduncu, afirmó que su hijo no fue trasladado al hospital. Selma Oduncu informó que recibió una llamada telefónica de su hijo, que le dijo lo siguiente: “Zerdeşt ha llamado hoy. Sus heridas están inflamadas porque prendió fuego a su cuerpo antes. Dijo que lo iban a trasladar a la facultad, pero no lo llevaron allí. Sus heridas están magulladas. Cuando lo llevaron a la enfermería, lo examinaron con las manos esposadas. Contó que tenía las manos magulladas y doloridas por las esposas. Además, nos relató que no lo trataron cuando lo llevaron a la enfermería y que los soldados lo torturaron en el camino. Hacemos un llamamiento a los defensores de los derechos humanos para que escuchen las voces de nuestros niños. Estas prácticas deben detenerse”.