Según publica la agencia de noticias Mezopotamya, el 24 de noviembre trasladaron a Abdullah Turan al hospital de Başakşehir. Turan sigue sin ser liberado pese a existir un informe del Instituto de Medicina Forense que indica que “no puede permanecer en prisión”.

En el hospital le hicieron un reconocimiento y después se lo volvieron a llevar a la cárcel sin que llegara a recibir tratamiento. Turan empeoró de nuevo la misma noche y se repitió el mismo procedimiento: fue llevado al hospital para que le examinaran y luego fue devuelto a la cárcel, donde permanece aislado en una celda en cuarentena.

El padre de Turan, Mehmet Zahit Turan, dijo que pudo hablar con su hijo en una visita a través del cristal de seguridad. Dijo que vino de Amed para ver a su hijo y que su hijo le dijo que su condición era mala. El padre de Turan considera que la detención de su hijo en prisión pone su vida en peligro.

Refiriéndose al proceso de arresto y detención de su hijo, el padre de Turan declaró que su hijo fue detenido por los soldados cuando era estudiante de secundaria y posteriormente fue torturado en la comisaría de policía. Turan dijo que las torturas continuaron en la prisión de Amed, donde fue llevado por primera vez antes de ser trasladado a la prisión de Trabzon.

Alegando que su hijo necesita cuidados, el padre de Abdullah añadió: “Mi hijo se está quedando con Aktaş, que no tiene manos, y Yıldırım, que no tiene pies y lleva platino en la espalda. Están en la misma situación. ¿Qué quieren de estas personas? Dicen que no puede ser liberado porque ‘representa una amenaza’. Una persona que no puede ponerse de pie, de espaldas, que no puede beber, comer y levantar la cabeza de la almohada. ¿Cómo puede representar una amenaza? Dicen esto porque son kurdos”.