Las violaciones arbitrarias y sistemáticas de los derechos humanos no terminan en la prisión de Van.
Los periódicos y las revistas no se entregan a los presos desde hace mucho tiempo y resulta que también se confiscan las fotografías enviadas con las cartas a los presos.
Según la información transmitida por los presos a través de sus familiares, la comisión de lectura de cartas se niega a entregar a los presos las fotografías enviadas con las cartas alegando que "el apellido del remitente no coincide con el del preso".
Los presos pidieron a la población que sea sensible y apoye sus reivindicaciones para acabar con las prohibiciones arbitrarias de la administración penitenciaria.