Ahmet Kaya, copresidente del Partido del Ser Humano y la Libertad (Partiya Insan û Azadî - PIA), destacó la importancia del “Llamado por la Paz y una Sociedad Democrática” realizado por el Sr. Öcalan, y dijo que el gobierno debe establecer un diálogo transparente y sincero con los actores políticos kurdos, incluir a actores socialmente legítimos en el proceso y trazar una hoja de ruta clara. Señaló que resolver la cuestión kurda se ha convertido en una necesidad ineludible para construir un futuro democrático.
Es comprensible el enfoque cauteloso de los kurdos hacia el Estado
Ahmet Kaya indicó que la historia centenaria de Turquía respecto a la cuestión kurda, junto con los enfoques poco fiables del Estado, ha profundizado la desconfianza de la comunidad kurda hacia el Estado. Dijo:
“Las preocupaciones sobre el proceso son legítimas. Sin embargo, es importante recordar que también existen razones poderosas para mantener la esperanza. Especialmente para los kurdos, la mera existencia de la República de Turquía ha sido históricamente una fuente de preocupación. Si miramos la historia de cien años de la República, queda claro que la sinceridad, la fiabilidad y un enfoque orientado a la solución rara vez han caracterizado las políticas del Estado respecto a la cuestión kurda. Por tanto, es completamente comprensible que los kurdos y las estructuras que representan la política kurda se acerquen al Estado con cautela.”
Las condiciones internacionales y regionales presionan a Turquía
Ahmet Kaya señaló que el contexto internacional y las condiciones actuales están forzando a Turquía a adoptar una postura diferente sobre la cuestión kurda. Dijo: “El equilibrio de poder en Oriente Medio ha cambiado, la influencia de Irán en la región ha disminuido, Rusia se ha debilitado, y las divisiones entre Estados Unidos (EE.UU.) y Europa se han profundizado. Mientras tanto, las acciones agresivas de Israel contra Palestina han debilitado a las fuerzas milicianas en toda la región. Estos desarrollos han obligado a Turquía a reposicionarse dentro de la ecuación regional. Por tanto, el enfoque del Estado respecto a la cuestión kurda ya no se configura únicamente por parámetros políticos internos, sino también por factores regionales e internacionales.”
La necesidad de un marco legal
Ahmet Kaya afirmó que los enfoques románticos, como el de la “hermandad de mil años”, deben dar paso ahora a políticas más realistas en el proceso. Dijo: “Los movimientos del Estado no se basan en el romanticismo, sino en necesidades, intereses estratégicos y sostenibilidad. Por tanto, es importante que los actores implicados en el proceso actúen con esta conciencia.”
Kaya subrayó que uno de los pasos más cruciales para el avance del proceso es la creación de un marco legal, y destacó la necesidad de clarificar los procedimientos para el desarme y la situación de los presos políticos. Dijo: “El Estado debe promulgar regulaciones legales para garantizar el progreso saludable de este proceso. En este momento, la liberación de los presos políticos, especialmente de aquellos gravemente enfermos, y la regulación de su situación, constituirían un importante gesto de buena voluntad.”
Ahmet Kaya insistió en que, para que se materialice una declaración sobre la disolución del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el abandono de las armas, el estatus legal del Sr. Öcalan debe dejar de ser un tema de disputa. Dijo:
“Abdullah Öcalan es un actor que lidera el proceso. ¿Cómo pueden sus condiciones actuales permitirle hacerlo? Para que pueda participar eficazmente en el proceso y liderarlo de manera adecuada, los canales de comunicación deben estar abiertos. Además de mejorar su estatus legal, es necesario que pueda contactar con todos los actores y partes implicadas en el proceso. Esta situación debe recibir un marco legal. Algunos desarrollos recientes envían señales positivas. Las reuniones mantenidas a nivel del Ministerio de Justicia y las declaraciones realizadas, en particular por Pervin Buldan, pueden interpretarse como señales de que podrían producirse algunas mejoras.
Este proceso no debe basarse en iniciativas individuales; debe desarrollarse a través de estructuras institucionales. La implicación directa de Erdoğan en el proceso desde abril indica que el Estado participa de manera institucionalizada. En este punto, es de vital importancia que la parte opuesta también participe mediante una representación institucional similar. De lo contrario, el proceso será frágil e insostenible.”
Ahmet Kaya indicó que el proceso ha sido recibido positivamente por la opinión pública y que ahora recae una gran responsabilidad sobre la oposición. Continuó: “Aunque el Partido Republicano del Pueblo (CHP) ha reaccionado positivamente al proceso, no tiene la capacidad de guiarlo activamente. Los conflictos internos, su posicionamiento frente al gobierno y los equilibrios sociales dificultan que el CHP actúe como un actor influyente en esta cuestión. Sin embargo, se puede anticipar que los pasos dados por el Estado respecto al proceso ganarán legitimidad dentro de la sociedad.
La opinión pública tiende a aceptar ampliamente el proceso iniciado por el Estado. La parte kurda debe acercarse al proceso no solo con cautela, sino también con una actitud constructiva y segura de sí misma. Aunque es comprensible la desconfianza derivada de experiencias históricas, las condiciones actuales son distintas a las del pasado. Ignorar esta diferencia podría llevar a un estancamiento del proceso desde su interior. Es importante que los actores kurdos mantengan sus preocupaciones, pero que también adopten una postura que priorice la voluntad de alcanzar una solución.”
Este proceso es una oportunidad importante para la democratización de Turquía
Ahmet Kaya declaró que la crisis política, económica y social que surgió tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio ha profundizado la necesidad de reestructurar y democratizar el Estado. Dijo: “Problemas estructurales como el estancamiento económico, la erosión de la meritocracia y el colapso del sistema judicial han transformado la resolución de la cuestión kurda de un asunto de seguridad a una necesidad democrática.”
Kaya recalcó que resolver la cuestión kurda tiene una gran importancia no solo para Turquía, sino también para todos los pueblos de la región y para la seguridad internacional y concluyó: “Los pasos que den el Estado turco y el movimiento kurdo durante este proceso fortalecerán la paz en la región y garantizarán la estabilidad social. Para que este proceso tenga éxito, es esencial establecer un marco legal e institucional, que tanto el gobierno como el movimiento kurdo mantengan una actitud prudente, y que los factores internos y externos se evalúen correctamente. Hay señales esperanzadoras. Este proceso representa una oportunidad importante para la democratización de Turquía y un paso crucial hacia la estabilidad regional.”