El pasado 27 de noviembre, presos políticos del PKK y el PAJK iniciaron una huelga de hambre en las cárceles turcas para exigir el fin del aislamiento impuesto contra el líder kurdo Abdullah Öcalan y del incremento de las violaciones en las prisiones. La acción de los presos es indefinida y se desarrolla de forma alterna con distintos grupos que se van relevando ente sí. Desde el 14 de julio, los presos han aumentado estos días de huelga de hambre y ahora ayunan 15 días cada uno, en lugar de 5 como hacían antes.
La abogada Gülseren Yoleri, miembro del Comité de Seguimiento de la Huelga de Hambre del Mármara y directora de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) de Estambul, ha hablado con la Agencia Mezopotamya sobre la acción llevada a cabo por los presos.
Yoleri ha afirmado que la salud de los detenidos empeora día a día.
Recordando que los presos en huelga de hambre reciben castigos disciplinarios, Yoleri ha declarado: “Cuando examinamos los castigos, vemos que en realidad pretenden agravar el aislamiento. No hay nada aceptable en esto. Porque la demanda de los activistas en huelga de hambre es acabar con el aislamiento”.
Yoleri ha explicado que les preocupa que la protesta evolucione hacia una huelga de hambre indefinida o un ayuno de muerte, como ocurrió en el pasado. En este sentido, ha recordado que los presos perdieron la vida o sufrieron problemas de salud permanentes durante las acciones de huelga de hambre llevadas a cabo en años anteriores. “La demanda de la acción tiene por objetivo que el gobierno y el Estado apliquen sus leyes. En otras palabras, estamos hablando de un problema que se puede resolver con la aplicación de la ley. Es terrible que para exigir la aplicación de la ley la gente tenga que poner su vida en peligro”.
Yoleri ha declarado que el Comité de Seguimiento ha presentado solicitudes a las autoridades, al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) y a otras instituciones internacionales, pero que no ha recibido ninguna respuesta hasta ahora. “También sabemos que la acción evolucionará hacia un proceso más radical mientras continúe la insolvencia. El tiempo se agota. Estamos evolucionando hacia un proceso en el que podemos vivir una situación más difícil. Tenemos que hacer aflorar la energía, la reacción y la sensibilidad que puedan dar una solución a este problema sin pérdidas de vidas. Nuestro llamamiento a las autoridades es que apliquen la Constitución y cumplan con sus responsabilidades”.