El 27 de noviembre, presos políticos del PKK y el PAJK iniciaron una huelga de hambre desde las cárceles turcas para exigir el fin del aislamiento impuesto contra el líder kurdo Abdullah Öcalan y del incremento de las violaciones en las prisiones.

La acción de los presos es indefinida y se desarrolla de forma alterna con distintos grupos de presos que toman el relevo cada cinco días. La protesta suma ya 168 días de resistencia, y en estos momentos se encarga de ella un 34º grupo de presos.

A través de sus familiares, los presos hacen llamamientos para que se apoye su resistencia.

Rojda Yıldız, recluida en la prisión cerrada de mujeres de Sincan, llamó la atención sobre la necesidad de que todo el mundo esté al lado de los presos en huelga de hambre en una conversación telefónica con su familia.

Yildiz dio los siguientes mensajes: “En primer lugar, saludo a nuestro pueblo que resiste y a nuestros amigos. Sabéis que las huelgas de hambre iniciadas en las cárceles de Turquía y del Kurdistán continúan. Nuestro objetivo con esta protesta es asegurar la libertad del líder Apo [Abdullah Öcalan]. El pueblo kurdo sabe que el proceso en el que nos encontramos y las oportunidades que tenemos para luchar, son el resultado de su pensamiento y su ideología. El sistema de ocupación pretende alejarnos hoy del pensamiento y la filosofía del Líder Apo a través del aislamiento que impuso en Imrali. Sin embargo, protegeremos estos logros hasta el final. Nuestras huelgas de hambre también forman parte de esto. Continuaremos nuestra acción hasta alcanzar nuestro objetivo. Las mujeres y los jóvenes deben defender la resistencia en las cárceles. Este aislamiento afecta más a las mujeres y a los jóvenes. Elogiamos la lucha de los dirigentes y decimos: esta es la hora de la libertad, es el momento del éxito”.