Han pasado 40 días desde el terremoto del 12 de noviembre en la región de Kermanshah en el este de Kurdistán (Irán), las víctimas del terremoto recibieron poca ayuda del gobierno central iraní. Miles de personas ni siquiera tienen tiendas de campaña para pasar el invierno que se acerca.

Según cifras oficiales, alrededor de 600 personas murieron en el terremoto, pero según los lugareños, la cifra real es mucho mayor. Decenas de miles resultaron heridos y muchas víctimas no consiguieron tiendas de campaña a pesar de las duras condiciones invernales en la región. Como el número de tiendas de campaña es tan pequeño, a menudo dos o tres familias viven en una tienda de campaña. En particular, los niños se ven afectados por enfermedades. Muchas mujeres dieron a luz a sus hijos en las tiendas.

Sin embargo, el régimen iraní continúa intentando confiscar la ayuda que proviene de diferentes ciudades y países. La mayor parte de la ayuda extranjera fue confiscada por el ejército iraní debido a "preocupaciones de seguridad". Solo una parte muy pequeña de la ayuda llega a las víctimas del terremoto.

Felahed Pîşe, un miembro del parlamento iraní para la región de Kermanshah, se queja de la situación en el parlamento y declaró que el gobierno aún no ha enviado fondos del presupuesto de ayuda contra terremotos a la región.

Pīşe dijo que el gobierno usa todas las excusas para reducir el presupuesto destinado a las víctimas del terremoto.