Madres de los sábados: 700 semanas en marcha
La acción de desobediencia civil más duradera de Turquía es llevada a cabo por los familiares de las personas desaparecidas.
La acción de desobediencia civil más duradera de Turquía es llevada a cabo por los familiares de las personas desaparecidas.
Hoy la acción de desobediencia civil más duradera de Turquía celebra su 700ª semana de lucha.
Las Madres de los sábados demandarán justicia y verdad por los cientos de personas desaparecidas de Turquía y Kurdistán. Desaparecieron mientras se encontraban bajo custodia policial.
Es imposible, incluso para la mirada del turista más distraído, evitar encontrarse con las Madres de los sábados sentadas en la plaza Galatasaray de Estambul, la más conocida y céntrica plaza de esta maravillosa ciudad.
Es imposible no bajar la mirada ante las fotos que se encuentran delante de esas mujeres, sentadas cada sábado.
Y es imposible pasar junto a ellas sin preguntarse qué les ha pasado a todos esos jóvenes (y menos jóvenes), hombres y mujeres, cuyas vidas han sido como congeladas en las imágenes.
Paras, no puedes pasar… y escuchas. Escuchas a las Madres contando cada semana una de las historias de los desaparecidos de Turquía y Kurdistán.
Las Madres han sido, durante 23 años, la memoria vive de un pasado que muchos prefieren borrar de la memoria social colectiva.
Ellas han estado demandando justicia, han estado demandando a los responsables, oficiales del Estado de todos los niveles, que hagan justicia.
Han estado reclamando los cuerpos y recordando a aquellos que fueron forzados a desaparecer por el Estado.
Algunos de los familiares sentados en la plaza Galatasaray cada sábado eran jóvenes, niños, cuando empezaron a unirse a la protesta junto con sus madres hace 23 años.
Hasan Ocak fue detenido el 21 de marzo de 1995, el día del Newroz, en Estambul: “Ese día”, dice Maside Ocak, la hermana de Hasan, “estuvimos esperando a mi hermano en casa. Pero no volvió. Nunca volvió a casa”.
La familia de Hasan supo que había sido detenido pero las autoridades lo negaron.
Durante 58 días, la familia lo buscó por todas partes, tocando a todas las puertas, pero no sirvió de nada. "Hasta que en la sala de autopsias", recuerda Maside, "encontramos las fotos del cuerpo de Hasan sin vida. Fue terrible ver esas fotos. Habían sido tomadas, supimos más tarde, el 26 de marzo, cinco días después de ser arrestado".
El cuerpo de Hasan había sido enterrado en el cementerio sin nombre de Bejo. La familia pudo desenterrar su cuerpo, y su funeral fue celebrado en Gazi (un barrio de Estambul).
Maside recuerda que, junto con la foto de Hasan, a la familia le habían mostrado otra foto que entregaron a la Asociación de Derechos Humanos (DHI). “Resultó que era la foto de Ridvan Karacocu. Cinco días después de enterrar a Hasan, enterramos a Ridvan”.
Ambos, Hasan y Ridvan, fueron sometidos a terribles torturas mientras permanecieron arrestados.
Convencidas de que estos crímenes llevados a cabo por el Estado no deberían quedar impunes, las familias de Hasan y Ridvan se volcaron en Argentina, donde vieron a las Madres de Plaza de Mayo realizando sus manifestaciones durante años para reclamar a sus desaparecidos.
Entonces, las Madres de los sábados se sentaron en la plaza Galatasaray por primera vez el 27 de mayo de 1995.
La madre de Hasan Ocak y la madre de Ridvan Karakoc permanecen en la plaza con las fotos de sus hijos y piden saber qué les pasó.
“Éramos unas pocas al principio, pero entonces un número mayor de gente se nos unió y crecimos rápidamente”, comentó Maside.
Galatasaray es importante para las familias de los desaparecidos y para el resto de la sociedad.
“Las madres de los sábados, los familiares de los desaparecidos, sus amigos", dijo Maside, "todos vivimos y compartimos en esta plaza nuestras mayores penas, juntos tratamos de sanar nuestras heridas. Ha sido como hacer crecer un árbol, dando a luz nuevas ramas a lo largo de los años.
Las familias de los desapaeecidos podrán continuar compartiendo su dolor bajo este árbol que áhora es más grande y fuerte. Lo hemos hecho durante 23 años, podemos continuar haciéndolo otros 100”.