En su último informe, la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria advierte de que los combates se han intensificado en múltiples frentes del conflicto sirio, y la región está sumida en el temor a una guerra a gran escala.
El informe hace referencia expresa a los ataques aéreos turcos: “Los ataques aéreos alcanzaron objetivos militares y civiles el 25 de diciembre de 2023. Uno de ellos alcanzó un complejo médico en Ayn al-Arab (Kobane), incluida una clínica de diabetes, interrumpiendo los servicios durante al menos dos semanas. Otro destruyó una planta de oxígeno medicinal en Qamishlo y dañó una clínica de diálisis cercana. El personal médico informó de la muerte de un paciente de diálisis debido al consiguiente retraso en la obtención de tratamiento.
También fueron atacadas otras instalaciones civiles afiliadas a la administración autónoma democrática, entre ellas un almacén en Qamishlo, donde murieron siete civiles, entre ellos una mujer, y otros tres resultaron heridos. Un vídeo difundido por los medios de comunicación estatales turcos sobre sus operaciones en el noreste de la República Árabe Siria mostraba varios objetivos alcanzados el 25 de diciembre de 2023 por ataques aéreos turcos, entre ellos el almacén.
La central eléctrica de Swediyah, en la gobernación de Hasakah, fue alcanzada de nuevo por la aviación turca el 15 de enero. El ataque destruyó las turbinas que quedaban en la central, lo que agravó las restricciones de acceso a la electricidad y, según los informes, afectó al acceso al agua, al combustible y a otros servicios esenciales para más de un millón de personas.
El 31 de mayo, una serie de ataques aéreos afectaron a varias localidades de la provincia de Hasakah, causando víctimas tanto civiles como de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), en un momento en que aumentaban las tensiones entre Turquía y la administración autónoma a raíz de la intención manifestada por esta última de celebrar elecciones locales. Alrededor de las 18:00 horas, mientras la gente se reunía para apagar un incendio provocado por un ataque contra un puesto de control de las SDF cerca del pueblo de Tal Hamis ese mismo día, un nuevo ataque aéreo hirió a siete civiles, entre ellos dos niños y una mujer.
El mismo día, hacia las 17:00 horas, fue alcanzada una granja en la aldea de Al-Hatimiya, cerca de Qamishlo. Se enviaron a la zona dos ambulancias de la Media Luna Roja Kurda marcadas con emblemas de protección, donde los socorristas hallaron muertos a dos hombres. Hacia las 18:40 horas, dos ataques aéreos consecutivos volvieron a alcanzar las inmediaciones de la granja, dañando una de las ambulancias e hiriendo a uno de los socorristas. Testigos declararon a la Comisión que habían visto u oído un avión no tripulado sobre la zona de Tal Hamis y la granja de Al-Hatimiya antes del impacto”.
El informe afirma además que “el derecho internacional humanitario obliga a las partes en un conflicto armado a considerar los efectos indirectos razonablemente previsibles de un ataque, en particular a efectos de las normas sobre proporcionalidad y precauciones. A falta de información sobre la ventaja militar concreta y directa prevista del lanzamiento del ataque del 15 de enero, habida cuenta de los daños civiles acumulados resultantes, hay motivos razonables para creer que fue desproporcionado y puede constituir una violación del derecho internacional humanitario”.
Del mismo modo, el informe afirma que “en ausencia de objetivos militares identificados en las inmediaciones de las instalaciones atacadas, 63 los ataques aéreos mencionados del 25 de diciembre de 2023 contra instalaciones civiles en Ayn al-Arab (Kobane) y Qamishlo parecen ser ataques directos contra bienes de carácter civil o equivalen a no haber tomado todas las precauciones factibles para reducir al mínimo los daños a civiles, en violación del derecho internacional humanitario.
Los ataques aéreos del 31 de mayo se ajustan a la pauta de los ataques con drones de las fuerzas turcas. El ataque que alcanzó una ambulancia marcada con un emblema protector puede constituir un ataque directo contra personal u objetos médicos. Estos ataques pueden constituir crímenes de guerra. El ataque que hirió a civiles puede equivaler a no haber tomado todas las precauciones posibles para reducir al mínimo los daños a civiles, en violación del derecho internacional humanitario”.